Ecuador vigilará  no cruzar las ‘líneas rojas’ en temas de propiedad intelectual cuando continúen mañana las negociaciones de un acuerdo comercial para el desarrollo con la Unión Europea (UE) que evite posibles implicaciones en el progreso nacional, dijeron ayer funcionarios del Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI).

“Nuestra postura frente al acuerdo en los temas de propiedad intelectual siempre va a ser firme y soberana. No estamos cerrados de ninguna forma a que esto se negocie, lo que sí queremos es tener en cuenta las implicaciones que podría  tener en la ciudadanía, en los productores y en el desarrollo del país”, afirmó Juan Fernando Salazar, director  de Propiedad Industrial.

Durante el taller ‘Soberanía, Propiedad Intelectual y UE’, organizado ayer en Quito, miembros del IEPI que viajarán a Manta para participar en los diálogos ofrecieron detalles sobre algunos temas.

Respecto a datos de prueba (la información previa que deriva en un invento), la Unión Europea plantea exclusividad de cinco años para fármacos y diez años para agroquímicos, lo cual es rechazado por Ecuador porque eso impediría aprovechar esos datos para la elaboración de medicamentos genéricos, por ejemplo, explicó Salazar.

“Hemos hecho una contrapropuesta: no dar exclusividad, pero dar una compensación económica al titular de estos datos de prueba”, dijo, aunque todavía no existe un planteamiento oficial sobre el valor de esas regalías.

En patentes y derechos de autor, la postura ecuatoriana es respetar los mínimos establecidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y no ofrecer mayor protección porque ello implicaría reducir el acceso de medicinas y conocimiento a la población.

Las indicaciones geográficas (reconocimiento del lugar de origen de un producto) es otro tema sensible. La UE quiere protección para 117 indicaciones geográficas mediante un procedimiento fast-track (ágil y rápido), mientras Ecuador busca de 2 (Cacao Arriba y Sombreros Montecristi), pero en la legislación europea no se reconocen artesanías.

De otro lado, Salazar admitió que en la negociación representa un ‘dolor de cabeza’ que los europeos no quieran moverse de lo que firmaron con Colombia y Perú en algunos aspectos. “Es lo que queremos destrabar. Las realidades son distintas”, indicó.

Recordó que Ecuador concibe a la propiedad intelectual como un mecanismo de desarrollo que podría verse afectado si no se alerta sobre ciertas líneas rojas.