Soy Maritza Veloz Sánchez, vivo en la ciudad de Riobamba. Soy abogada de profesión y también me dedico a la compra y venta de ajo pelado.

Este producto lo traemos de países como Perú, Chile y China; compramos el ajo en cáscara y nos encargamos de pelarlo para luego enviarlo y venderlo a Quito a una industria procesadora de condimentos. 

Debido al covid-19 dejamos de trabajar, no podíamos procesar el producto, tampoco importarlo porque estaban cerradas las fronteras y no había forma de enviarlo a la capital.

Todo se complicó. A la empresa que le vendemos no le cancelaban, por lo cual nosotros tampoco recibíamos el pago, por lo que nosotros tampoco podíamos cumplir con los proveedores que nos venden el producto.

Es toda una cadena. Si uno está afectado se afecta el resto y no teníamos dinero para volver a trabajar.

Nosotros lo hacemos con volúmenes grandes de ajo, que de paso es un poco caro, pues cuesta  alrededor de $ 4 la libra.

En el Ecuador no se produce mucho ajo debido a sus alto costo, es muy poca la producción, por eso nos vemos en la obligación de traerlo de afuera.

Durante la emergencia mucha gente se quedó sin empleo, generalmente las personas que trabajan pelando ajo. Muchos lo hacen desde sus casas y eso incluso les permite cuidar a sus hijos. Es la primera vez que el negocio se vio trabado y ellos se quedaron sin sustento.

Pero gracias al crédito Reactívate Ecuador, nos estamos reactivando, valga la redundancia. Ahora ya estoy cancelando las deudas con los proveedores, lo cual les ayuda también a levantarse.

Sobre este crédito me enteré por medio de las redes sociales, me pareció muy interesante, pero en realidad no creí que me lo iban a aprobar. 

Fui al banco y enseguida me dieron el financiamiento. En realidad es una iniciativa muy buena del Gobierno.

Mi mayor preocupación era pagarle a los proveedores. Cuando uno tiene deuda, incluso no puede ni dormir; de ellos depende mi negocio.

A muchas personas les han ayudado con un bono, a los pequeños empresarios nos están ayudando de esta manera. Ahora queda en nosotros seguir trabajando y reactivar el empleo, que es lo que más necesitan los ecuatorianos.

Al principio de la pandemia solo se pensaba en salvar nuestras vidas, luego ya nos fuimos acostumbrando, pero nos dimos cuenta de que teníamos que reactivarnos.

Ahora la situación se está normalizando. De a poco nos estamos reactivando, hemos cancelado deudas y ya está llegando más ajo al país.

Si yo no recibía esta ayuda, la verdad no sé cómo lo hubiese hecho. (O)