Credi-Unión usaba mismo método que Makita Kuk
A los 32 días de haber cerrado la cooperativa Makita Kuk, ubicada en el bloque 1 de Bastión Popular, una segunda cooperativa que utilizaba el mismo sistema de recaudación de dinero a comerciantes en mercados fue cerrada. En este caso se trata de Credi-Unión, cuya agencia principal está en la cooperativa Montebello, junto a la Terminal de Transferencia de Víveres (TTV).
El modo de operar de la institución era recaudar dinero diariamente de puesto en puesto, con la finalidad de generar un ahorro que permita en tres meses acceder a créditos blandos y con la misma facilidad de cancelarlos, es decir, con el cobro diario en los locales comerciales.
Ayer los representantes del Ministerio de Inclusión Económica Social (MIES) no se pronunciaban sobre las operaciones o las circunstancias que llevó a decidir el cierre de la cooperativa que venía funcionando desde el año 2007 y que registra el Acuerdo Ministerial No. 033. “Apenas haya toda la información emitiremos un pronunciamiento de la real situación de la cooperativa”, señaló un funcionario de la entidad, quien declinó identificarse.
La autoridad no aclaró si el cierre fue en realidad una disposición proveniente de la Dirección Nacional de Cooperativas o es un acto aislado de los administradores de la cooperativa Credi-Unión.
María Pilataxi, cliente de la ccoperativa, mostró su enojó por el cierre de la institución. “Claro que quiero mi dinero, tengo tres hijos de los que debo pagar los estudios, uno de ellos está en la universidad y los otros dos en el colegio”.
Emelson Pincay, cliente de la cooperativa, conoció del cierre por sus compañeros y solo creyó de lo sucedido cuando se acercó a la sede de Montebello, donde no encontró a quien acudir para que le devuelvan su dinero. “Iba a construir mi casita con ese dinerito que lo ahorré por mucho tiempo y con bastante esfuerzo..., qué más tengo que hacer, solo esperar para ver si los señores me devuelven mi dinero”.
En los exteriores de la cooperativa durante todo el día iban llegando más personas, quienes con los documentos en sus manos mostraban lo que habían depositado. Betty Chez, cliente, dijo que el sábado anterior pasó “una chica cobrando, pero no dijo nada”.