Dos ecuatorianas replantean el servicio de courier desde el exterior
Cristina Aguiar y Nadia Murrieta son mejores amigas desde hace varios años. Entre los gustos y aficiones que comparten, hay dos coincidencias que marcaron sus vidas: las dos viven en el exterior y tuvieron a sus hijas al mismo tiempo.
Cristina se trasladó hace cuatro años a Estados Unidos, donde obtuvo una maestría en administración de empresas; mientras que Nadia, también desde hace cuatro años, se mudó a Chile y trabajó como programadora en una aerolínea. Estando fuera del país y con sus bebes recién nacidos se dieron cuenta de lo accesible que es importar productos para el hogar, a diferencia de lo costoso que resulta en el Ecuador.
En este 2020 sufrieron la pandemia del covid-19 al igual que el resto de personas del planeta. Ambas cuentan que, aisladas en naciones del extranjero, vieron lo difícil que para algunas madres resultaba el conseguir ciertos productos para sus hijos pequeños. Además detectaron que el mercado se dividía en dos tipos de negocios de Courier, empresas grandes y personas que hacían un trabajo informal.
A las dos mujeres se les ocurrió formar una empresa que agrupara lo mejor de cada modelo y entregara un servicio para las familias del Ecuador. Click Courier es el nombre del emprendimiento que formaron, cuya finalidad es la importación de ropa, vitaminas, suplementos, cosméticos y otro tipo de productos.
“No encontramos como una línea en el medio en la que la gente pueda importar sus cosas a un precio justo y con velocidad”, explica Aguiar. De las grandes empresas abstrajeron la seguridad y celeridad de los envíos, mientras que del “contrabando de hormiga” aprovecharon los bajos costos.
Sin embargo, su historia no solo narra el ejemplo de replantear un modelo de negocio, sino que conlleva al esfuerzo que las dos mujeres efectuaron durante los meses más complicados de este 2020.
Las dos se encontraban a más de 8.400 kilómetros de distancia, con huso horarios distintos e hijas pequeñas a las que atender. El proceso para crear Click Courier fue bastante artesanal y autodidacta. Ninguna tenía conocimientos sobre programación digital, por lo que sobre la marcha aprendieron a diseñar la página para el sitio web, buscar proveedores para los fletes aéreos y organizar todos los aspectos de su emprendimiento.
“Nos costó bastante. Fueron varias noches de desvelo”, comenta Cristina. Los continuos obstáculos incluso les hicieron dudar si el mejor camino era apostar por la informalidad y transportar mercancía bajo pedido, con un ligero costo, como se practica comúnmente en el Ecuador. Lo rechazaron y no dieron su brazo a torcer.
Con el paso de los meses se han dado cuenta que tomaron una buena decisión al no rendirse. Cristina maneja los aspectos numéricos y de estrategia del negocio, desde Estados Unidos, mientras que su socia se encarga del servicio al cliente, en Chile. En Ecuador le dieron empleo a cinco personas que habían perdido sus trabajos por la pandemia.
La clave que destaca Nadia para consolidar este emprendimiento es que junto a su amiga de toda la vida compartieron una misma idea, que ni la pandemia ni la distancia pudieron vencer. (I)