El sol pega duro en Manta. Es mediodía y más de uno de los comerciantes de la Zona Comercial Tarqui almuerza al pie de sus negocios. La canción ‘Por favor señora’, del salsero neoyorquino Maelo Ruiz, se toma uno de los pasillos del lugar.

La mercadería es variada: zapatos, ropa, gafas, CD, artículos electrónicos... hay de todo en el complejo, que fue construido por el Gobierno Nacional. Uno de los 1.900 comerciantes que están apostados en el lugar, donde antes quedaba el hospital del IESS, es Jacinto Posligua. Junto con su esposa, Lady Rivas, intenta vender ropa deportiva y escolar en su local, El Zuko, llamado así por el apodo que le pusieron a él.

Mariuxi Zambrano, quien pasaba por el sitio, vio unas camisetas interiores y pensó en que su hijo pronto entrará a clases. “Él (su vástago) es flaquito, como un hueso”, le dijo la mujer a Lady, quien de inmediato le sacó la mercadería requerida. La venta fue de $ 5 por 3 camisetillas.

Jacinto cuenta que antes del terremoto trabajaba vendiendo ropa caminando por las calles de Tarqui. “Ahora, gracias al Gobierno tengo mi propio negocio. Las ventas no son igual, pero ahí vamos saliendo adelante”, manifiesta.

Junto a El Zuko está  El Triple, local de Carlos Molina, quien cuenta que desde pequeño es amigo de Jacinto, por lo que generalmente invierten en los mismos negocios, porque entre ambos se asesoran.

Explica que hace más de 20 años recorrían las calles de Tarqui vendiendo artículos varios, ya sea ropa, gafas, cargadores de celular, entre otros. “Todo cambiaba dependiendo de las necesidades de los clientes”.

Las ventas han bajado tras el terremoto, asegura, pero destaca que en los últimos meses la situación ha mejorado. Hasta las 13:00 de este jueves ha vendido $ 22. “Hay días en que no llego ni a $ 20, pero otros hago un poco más. Los fines de semana son buenos, porque hay sábados que puedo vender hasta $ 100; pero claro, no se compara a cuando estábamos en Tarqui, donde sin tener local vendíamos hasta $ 170”.

Augura que las ventas mejorarán, “hay que esperar a que la gente conozca bien este lugar y venga a comprar. La temporada de ingreso a clases nos ayudará mucho, porque los padres vienen a comprar de todo”.

Junto a la Zona Comercial está ubicado el Nuevo Tarqui, iniciativa que tuvieron los mercaderes para reactivar su economía, encabezados por Kirie Bravo. En el lugar hay 300 negocios, en los cuales hay desde papelerías, restaurantes, locales de venta de ropa hasta agencias bancarias.

Fernando García y su esposa, Irene Cedeño, son los dueños del local D’Irene. Están en el sitio desde junio pasado, cuando habían escasos negocios abiertos.

“Nosotros nos dedicamos a esto hace 7 años y teníamos que seguir, a pesar de las pérdidas”, dice Fernando, quien asevera que sus pérdidas por el terremoto ascienden a $ 80.000.

“Yo fui al local, que estaba ubicado en la zona cero, a las dos horas del terremoto y ya me habían saqueado; los ladrones se aprovecharon en un momento tan duro, no tienen alma”.

Cuenta que los tres primeros meses fueron muy duros, con pocas ventas, “pero nuestros clientes de a poco se enteraron que estábamos aquí y ahora hemos mejorado”. Además de la venta de ropa, ahora promocionan también césped sintético para canchas de fútbol. “Es un negocio de nuestro hijo; hay que hacer de todo para poder subsistir”, indica Irene.

El comercio se incrementó tras el 16A

Pocos días después del terremoto, el comercio en Manta ya se estaba reactivando. Mery Chong, subdirectora de Desarrollo Económico y Productivo del Municipio local, atribuye ello en que muchas personas quedaron desempleadas al caer infraestructuras como hoteles y locales en general.

“Muchos optaron por emprender su propio negocio. De los mercaderes que estaban en Tarqui y que han podido reactivarse, constan 2.300 en la ciudad; unos están entre los contenedores (Nuevo Tarqui) y la Zona Comercial.  Aparte otros decidieron ir a puntos como el mercado de Los Esteros, Cuba y la Calle 13.

La funcionaria estima que entre nuevos comercios hay cerca de 300 personas que entraron a ser emprendedoras; solo la Asociación 16 de Abril, creada tras el sismo, tiene 200 agremiados. (I)