El gobierno asiático inyectó $ 40.300 millones para frenar la caída
Chinos se endeudaron para comprar acciones
La crisis del mercado bursátil que China arrastra desde junio llegó ayer a niveles críticos. Alrededor de 1.700 empresas suspendieron la cotización de sus acciones en la bolsa, debido a esto los índices se desplomaron después de que se advirtiera un “sentimiento de pánico” entre los inversionistas.
El índice CSI 300 -uno de los más importantes de los mercados asiáticos de Shanghái y Shenzen- cerró con una baja del 6,8%, mientras que el índice compuesto de Shanghái perdió el 5,9%.
“Nunca he visto este tipo de desplome antes. La liquidez está totalmente agotada”, dijo un analista de Northeast Securities citado por medios internacionales.
El gobierno del “Gigante Asiático” trabajó en un contingente de medidas para frenar la caída; esto no parece haber funcionado más allá del lunes.
Entre las decisiones se incluyó una inyección de 250.000 millones de yuanes (alrededor de $40.300 millones), para estimular el crecimiento en los sectores económicos más necesitados de apoyo.
También se buscó aportar liquidez a la entidad estatal de crédito con la finalidad de estabilizar los mercados bursátiles.
De su lado, el Consejo de Estado anunció la construcción de grandes proyectos de servicios públicos, como autopistas e instalaciones de conservación de agua.
A criterio de Luis Caballero, experto de la casa de valores Plus Bursátil de Guayaquil, el mercado “con seguridad se regulará solo”, pero dejaría una secuela de grandes pérdidas, así como de grandes beneficiados. “Esto no es más que transferencia de riqueza”, señaló.
Por ahora, las acciones de las grandes empresas estatales serían las únicas que se sostienen de forma artificial, por ser el objetivo del programa de compras de Pekín, pero el resto sigue viendo cómo el valor de sus acciones cae a diario.
¿Qué ocasionó la burbuja financiera?
Irónicamente, el desplome financiero de China tendría su origen en el crecimiento sostenido de su economía (10% en promedio) en los últimos años.
Esto, según explicó Caballero, hizo que los ciudadanos incrementen sus niveles de ahorro y se volquen al mercado de valores y a la compra de acciones, como una opción de inversión.
En tales circunstancias, la elevada demanda hizo que los precios se incrementen paulatinamente hasta desprenderse, por efectos de la oferta y la demanda, de la lógica y el valor económico real de las acciones.
“Pienso que las alarmas debieron empezar cuando se dio el incremento brusco (burbuja), no recién ahora”, apuntó.
En China, según una publicación del diario británico The Guardian, el 80% de inversionistas provienen de pequeños negocios o son a título personal.
La mayoría de estos inversores no tiene formación económica (en algunos casos apenas contaban con el graduado escolar), y sin ningún conocimiento entraron a cotizar en la bolsa atraídos por el dinero fácil y las insistencias de los asesores financieros. Algunos, de hecho, llegaron a endeudarse para comprar más acciones.
El estallido llegó cuando las previsiones de crecimiento de la economía china fueron menos optimistas: cayó del 14% el 7% a inicios de año.
En ese instante los pequeños inversionistas asustados vendieron tan pronto como pudieron. Este pánico ha acelerado la crisis y generó la caída de precios por sobreoferta.
Lo más preocupante en esta situación, según analistas es la compra de títulos con dinero prestado, pues cuando los índices bajan los brokers piden a los inversionistas el efectivo que prestaron en tiempos más cortos.
Ante el nerviosismo, teorías conspirativas también se han apoderado de China. La Comisión Reguladora de Valores de China (CSRC, por sus siglas en inglés), estudia información sobre movimientos anormales en la Bolsa y en los mercados de futuro. El órgano regulador transferirá cualquier evidencia a la policía, según la agencia de noticias Xinhua.
Un editorial del diario Global Times admite que algunos de los comportamientos especulativos podrían ser ilegales, pero descarta que la caída de la Bolsa se deba a “ataques hostiles de inversores extranjeros”.
Sobre si afectará globalmente, el experto de Plus Bursátil señaló que será posible siempre que esto llegue a afectar la economía china y por ende su consumo.
“Siendo China un mercado muy importante para casi todos los países, podría ocurrir que las compras al exterior disminuyan. Por otro lado, podrían verse afectados importantes capitales chinos que por temor a que exista un efecto contagio, salgan de países donde mantienen intereses”.
Ahora, en el caso de Ecuador, consideró -a priori- que las inversiones ya realizadas o comprometidas no sufrirían efecto alguno. (I)