Mientras las reformas estructurales impulsadas por la presidenta Michelle Bachelet están en marcha o en debate en el Congreso, lo que resta del año y 2016 estarán marcados por algo que repercute directamente en el bolsillo de la población: la economía.

Desde la década de los 90, la economía chilena ha sido vista como un modelo exitoso para el resto del continente e incluso en su momento los chilenos se autoimpusieron el apodo de “los jaguares de Latinoamérica”. Sin embargo, aquellos días de expansión han quedado atrás, como también la recuperación que había logrado el país entre 2010 y 2012.

Tal como ocurre en el resto de las naciones sudamericanas, la economía chilena enfrenta una serie de dificultades, que los economistas denominan “desaceleración”. En la última Encuesta Mensual de Expectativas Económicas, los analistas consultados por el Banco Central bajaron su estimación para el crecimiento económico en 2015 a 2% desde 2,2% previsto en septiembre. En 2014 el crecimiento fue de 1,9%.

Además, también se bajó la estimación del crecimiento para el próximo año, de 2,7% a 2,4%. Incluso, para 2017 los analistas redujeron su estimación a 3% desde 3,2%. En cuanto a la inflación, se pronostica que dentro de los próximos 11 meses alcanzará 3,5% interanual, pero bajará a 3% en el corto plazo.

En la misma línea que los analistas consultados por el Banco Central, la semana pasada la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), revisó a la baja la proyección de crecimiento de la economía de Chile, situándola en 2,1%. En junio, la expectativa era de 2,5%. También, para 2016, la Cepal proyectó que el PIB de Chile se anotará una expansión de 2,5%.    

La reducción de la proyección del crecimiento económico se debe, según los expertos, al entorno global caracterizado por el bajo crecimiento en los países desarrollados, la debilidad de la demanda interna, la desaceleración de las economías emergentes –como el caso de China-, el fortalecimiento del dólar y la volatilidad en los mercados financieros.    

De acuerdo con la Cepal, aunque la tendencia de toda la región es hacia la desaceleración, las economías de los países de América Latina mostrarán dinámicas diferentes. Pero en el caso de Sudamérica, conocida por la producción de bienes primarios, podría registrarse una desaceleración y dificultades generalizadas tras un período de importante crecimiento.

Así, podrían experimentarse contracciones de 1,3% en 2015 y de 0,1% el próximo año. Una visión parecida tiene el Fondo Monetario Internacional, que proyecta que en el caso chileno el PIB se expandirá en 2015 hasta 2,3%. Para 2016 la estimación es de 2,5%, porcentaje que mejoraría en 2020, cuando se registre un 3,5%. Ese año, el ingreso per cápita en Chile alcanzará los $ 28.000 mil. Hoy, esta cifra llega a $ 14.500.

De acuerdo con el FMI, la economía chilena se expandirá 3% por los próximos cinco años, una cifra que supera la de países como Argentina, Brasil y Venezuela, pero que para el caso de Chile se trata del crecimiento más bajo en un quinquenio en los últimos 30 años. Por eso, los expertos coinciden en que Chile se encuentra entre las naciones más vulnerables a las fluctuaciones de precios de los metales, por los cambios en la demanda de grandes importadores como el caso de China.

Desde el Ejecutivo, Bachelet destacó recientemente la “solidez” de la economía chilena, intentando poner paños fríos al panorama económico. “La solidez de nuestra economía es una de las características más valoradas en el mundo, más allá de las tasas de crecimiento, y lo he vuelto a comprobar en mi reciente viaje a Estados Unidos”, dijo la mandataria.

A su vez, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dijo en los últimos días que la economía chilena crecería 2,7% en 2016 y que este año se expandirá un 2,2%. Valdés, cuyos pronósticos son levemente diferentes a los de organismos internacionales, pronosticó que la inflación llegaría a 3,8% en 2016 y que la demanda interna se expandirá un 2%. La baja en las expectativas también se debe a que el precio del cobre, del que Chile sigue siendo el mayor productor mundial, promediaría $ 2,50 por libra el próximo año, mientras que en 2015 cerraría en $ 2,52.   

Afectación al comercio exterior

Desde México, Alicia Bárcena, directora de Cepal, explicó que el mundo entero vive un sesgo recesivo que exacerba las debilidades de Latinoamérica.

Aseveró que el comercio mundial está en una encrucijada por el lento crecimiento y la incertidumbre predominantes. En tal sentido, advirtió que el comercio exterior de América Latina vive su peor desempeño y sus exportaciones tienen la peor caída en cuatro años.

La Cepal indicó que el valor de las exportaciones regionales cayó en 14% en 2015. Las importaciones se contrajeron en 10%.

La región es muy dependiente del contexto externo, y tiene la balanza de pagos como espada de Damocles, enfatizó Bárcenas que presentó el informe Panorama de la Inserción Internacional de América Latina. (I)