Camaroneras cedidas a comuneros levantan a Puná Vieja

El 10 de febrero de 2009 es una fecha calificada como histórica para los habitantes de la Isla Puná, ubicada en el cantón Guayaquil, provincia del Guayas. Ese día, por primera vez, un presidente de la República visitó esta isla, la cual tiene 919 kilómetros cuadrados.

Desde esa fecha, la vida de aproximadamente 8 mil habitantes que viven allí, a 40 millas náuticas de Guayaquil, cambió totalmente, según sus moradores.

El Gobierno ha ejecutado y planifica una serie de obras para impulsar el desarrollo de esta parroquia. Potabilización del agua, escuelas, infocentros, puentes peatonales, cabañas turísticas, casas construidas por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi y proyectos productivos incluyentes, son parte de las obras desarrolladas por el régimen en la Isla Puná.

Uno de los proyectos más exitosos que el Gobierno apoya es el de la implementación de una empresa camaronera para el manejo sustentable de los recursos acuícolas para la comuna Puná Vieja, la más antigua de la isla, con 177 años de existencia.

Este proyecto es parte del programa de legalización de las actividades productivas implementadas por el Gobierno, que contempló en el año 2009 ceder a la comuna de “Puná Vieja” un total de 130 hectáreas de las camaroneras Tío Pancho y Cayetano, por haber incumplido con los términos de concesión, motivo por el cual fueron revertidas al Estado.

“El 8 de diciembre del 2009, muy por la mañana, un sonido despertaba a los habitantes. De repente un ruido que no era común en la población se escuchaba por el cielo. Era un helicóptero que sobrevolaba el territorio. Era el presidente Rafael Correa”, dijo Luis Cárdenas, presidente de la Asociación de Moradores Puná Vieja (AMPV).

En esa fecha, tras la visita que realizó el Presidente, se entregó la concesión de la camaronera a los moradores del sector para que sean ellos quienes trabajen y contribuyan con el despegue de esta comuna.

Las utilidades que genera la empresa son revertidas en la comuna con obras como escuelas, centros de salud, incentivos para los estudiantes e incluso un bono para las personas de la tercera edad.

La microempresa administra las dos camaroneras, las cuales emplean a 18 comuneros de Puná Vieja, que cuentan con un salario básico y afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

“Las 107 familias que habitan en la comuna han sido beneficiadas. Se insertó a las mujeres en la empresa y los jóvenes dejaron de ser los machistas imperantes, por lo que hoy conjugamos trabajo con dignidad ”, subrayó Cárdenas.

De su parte, Antonio Alejandro, trabajador de las camaroneras, indicó que la AMPV cumple en noviembre próximo 4 años en este proyecto. Producen 1.800 libras por hectárea cada cuatro meses.

Las tres cosechas de camarón que realizan al año son vendidas a la exportadora de alimentos Expalsa, la cual compra el camarón dependiendo del peso o si es descabezado. El costo de la libra oscila entre los $2,60 y $3,10.

Durante la última cosecha de camarón registraron una utilidad de $260.000.

Alejandro resaltó que el infocentro ubicado en Puná Vieja, implementado por el Ministerio de Telecomunicaciones, les ha permitido conocer los precios del camarón en el mercado internacional y ofertarlo a un buen precio.

Los infocentros son espacios comunitarios de participación, en los que se garantiza el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).

El Gobierno ayudó para la implementación de la microempresa, a través del Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS), que aportó con $306.250 y la Subsecretaría de Acuacultura con $47.700.

Con Acuacultura se establecieron las normas técnicas que debían regir para la producción y hoy los comuneros trabajan legalmente.