La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea se prevé que afecte a la baja el crecimiento económico británico, europeo y mundial. En el ámbito de las finanzas, en tanto, hay indicios que apuntan a una “fuga hacia la seguridad”, lo cual supone también la salida de capitales de los mercados emergentes.

Los impactos del Brexit en Gran Bretaña ya se han hecho sentir, y son muy graves. Las negociaciones para la salida de la Unión Europea serán, de por sí, una pesadilla.

Los políticos que ganaron el referéndum, ahora parece no saber qué hacer. El conservador Boris Johnson, por ejemplo, pretende que Gran Bretaña permanezca en el mercado común europeo. Pero la Unión Europea dejó en claro la semana pasada que si Londres quiere libre acceso a sus bienes, servicios y mercados financieros también debe aceptar la  “cuarta libertad”: la libre circulación de personas.

Conseguir el libre acceso a los mercados de la Unión Europea y a la vez negar la entrada a los inmigrantes será un objetivo imposible para el próximo primer ministro británico.

El impacto del Brexit en Europa también será muy grave. La extrema derecha, con sus sentimientos nacionalistas, antieuropeos y antiinmigración, ven al Brexit como la caída de la primera ficha de dominó. Y muchos temen que otros países sigan este camino y produciendo una desintegración de la propia Unión Europea, como predijo en la víspera del referéndum británico el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Los efectos desiguales de la globalización y la acentuación de las desigualdades sociales son otras de las razones que explican el Brexit. Las políticas neoliberales iniciadas por Margaret Thatcher, continuadas -en formaatenuada- por el Nuevo Laborismo de Tony Blair y, luego, por los conservadores bajo David Cameron, agravaron las divisiones de la sociedad británica.

Al sector contrario a la Unión Europea le resultó fácil vincular el ingreso de los trabajadores migrantes de Europa del Este con el aumento de la competencia por los puestos de trabajo y los servicios de salud y vivienda. El voto por el Brexit fue también una declaración antisistema.

Lo que ocurrió en Gran Bretaña guarda paralelismo con lo que sucede en el resto de Europa y del mundo. La extrema apertura de la economía provoca resultados desiguales entre los países y dentro de las sociedades.

No solo la extrema derecha xenófoba asumió esta postura, sino que la adoptaron también nuevos partidos de izquierda como respuesta a las impopulares medidas de austeridad que son parte integrante de las políticas neoliberales.

Las ramificaciones económicas y políticas de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea han tenido un alcance mayor del esperado. Y esto es solo el principio. Nadie puede predecir con propiedad cómo evolucionará la situación y en qué terminará. Lo que sí se sabe es que el Brexit comenzó y desencadenará importantes fuerzas difíciles de controlar. (I)