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Hasta junio de este año, los asiáticos habrían adquirido $ 350 millones en acciones, la mayoría con dinero prestado

90 millones de pequeños inversores chinos compraron bonos en bolsas asiáticas

En comparación con Estados Unidos, donde la mitad de la población invierte en acciones, solo un 6% de los chinos lo hacen. Foto: AFP
En comparación con Estados Unidos, donde la mitad de la población invierte en acciones, solo un 6% de los chinos lo hacen. Foto: AFP
27 de agosto de 2015 - 00:00 - Redacción y Agencias

¿Cómo llegaron las economías mundiales a tal dependencia del mercado de valores de China? ¿Cómo funciona el sector bursátil? ¿Habrá una crisis financiera similar a la de 2007? El TELÉGRAFO trata de responder a estas interrogantes al tiempo que el índice de Shanghái, por ejemplo, perdió 1,2 puntos más ayer miércoles, siendo este su quinto día de pérdidas consecutivas. En realidad, las bolsas asiáticas han perdido el 43% de su valor desde junio.

El efecto chino en la economía mundial tiene una explicación: China, la segunda economía más importante del planeta, es el principal comprador de materias primas del mundo. Si su economía no crece o lo hace de manera más lenta de lo previsto, el país necesitará mucho menos metal, petróleo y otros materiales. China representa el 15,4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, tan solo por detrás del de Estados Unidos, cuando Japón tiene un peso del 5,4%, Alemania del 3,7% y España del 1,6%.

El 11 de agosto el Banco Popular Chino redujo su tasa de referencia diaria un 1,9%, lo que provocó la mayor caída del yuan en un día desde 1994. Los inversores se dieron cuenta de que los rumores sobre la desaceleración de la economía del gigante asiático podrían ser ciertos.

Lea también: La participación en el mercado de la OPEP descendería 5% en 2018

Si Pekín experimenta problemas, también los tendrán quienes mantengan relaciones comerciales con el gigante asiático. Las malas noticias de China provocaron que los inversores retirasen el dinero de los activos variables (acciones) para ponerlos en apuestas seguras (bonos del Estado y oro). Las bolsas europeas perdieron el 5% en un día, mientras que el Dow Jones (EE.UU.) cerró la jornada del lunes con una bajada del 3,6%. En total, desde que el Gobierno chino devaluó el yuan se han perdido más de 5 billones de dólares en el valor de las bolsas mundiales.

“Pekín tiene parte de culpa, pero es una responsabilidad compartida. El mundo tenía expectativas muy altas puestas en China que no se cumplen. Los inversores se han quemado los dedos en los últimos meses y ahora vacilan ante la participación en la bolsa, a pesar de los buenos incentivos del Gobierno chino”, explicó Liu Baocheng, analista de los mercados asiáticos a la cadena RT.

Ayer también el Banco Central chino inyectó por segunda ocasión $ 21.800 millones al sistema bancario como una medida para las operaciones de liquidez a corto plazo.

Otro temor de los inversionistas, tras la aparente desaceleración china, es la disminución de la demanda de materias primas desde Asia. A esto se suma que el barril de petróleo de Texas cayó por debajo de los $ 40, su nivel más bajo en 6 años y medio, y el de Brent del mar del Norte por debajo de los $ 45, unas caídas de las que se puede también responsabilizar a la oferta excesiva. Otras materias primas necesarias para la actividad industrial, como el cobre o el aluminio, han llegado a niveles no vistos en mucho tiempo.

¿Por qué se produjo la caída en las bolsas chinas?

El gobierno chino, acostumbrado a tasas de crecimiento económico cercanas a los dos dígitos, no vio con buenos ojos que su economía se estuviese ralentizando durante 2014, de forma que ideó un plan para reimpulsar el crecimiento: la inyección estatal de enormes cantidades de capital en las bolsas con el fin de aportar a unas empresas ya muy endeudadas y nuevas fuentes de financiación. De acuerdo a un informe de la revista española La Marea, el objetivo era que los índices bursátiles, que llevaban desde 2009 estancados, aumentaran de forma paulatina pero continua. Lo que consiguieron fue el inicio de una especie de burbuja financiera.

Según el informe, más de 90 millones de pequeños inversores chinos, la mayoría sin apenas conocimientos financieros, se apuntaron a la ola de inversión en busca de dinero fácil y rápido. Ellos se endeudaron para comprar acciones las cuales luego perdieron su valor.

En junio, un análisis de Bloomberg, estimaba que los chinos habían comprado $ 350 billones en acciones, la mayoría con dinero prestado. Al ocurrir la desaceleración china, estos inversionistas comenzaron a vender sus bonos.

El rumbo normal de los acontecimientos debería ser que la bolsa aumentara al mismo ritmo que  la producción, las ventas y los beneficios de las empresas que cotizan en ella. Pero si la bolsa (acciones) aumenta mucho más rápido que estos indicadores de economía real, significa que se produciría una burbuja.

Esto habría comenzado a ocurrir a finales de 2014: los índices bursátiles del Shanghai Composite llegaron a elevarse el 142%, y el Shenzen casi un 200% a pesar de que los beneficios empresariales de muchas compañías eran nulos o negativos.

¿Habrá una crisis financiera?

Analistas descartan descalabros de igual magnitud que las crisis financieras de 1997 0 2008 debido a las reformas económicas realizadas desde entonces. Lo que sí advierten es que la desaceleración de la economía de China podría pasar factura al crecimiento de la economía mundial, especialmente a los países emergentes.

“Desde hace tiempo lo único que ha evitado otra crisis financiera ha sido la extraordinaria liquidez de los bancos centrales y las intervenciones generales de autoridades mundiales, y esperamos que todo eso continúe”, dijo Jim Reid, analista del Deutsche Bank.

Lo cierto es que el desplome de los mercados financieros significa la inestabilidad en la economía mundial. En tales circunstancias, según explican analistas para la agencia RT, es poco probable que la Reserva Federal de EE.UU. decida subir la tasa de interés, algo que podría ser en septiembre. Los inversores se estaban preparando para esta situación y compraban dólares, pues si la tasa sube, habría menos dólares en la economía mundial y su valor se incrementaría. (I)

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