Algunos de los cultivos mejorados son de quinua, maíz, papa, cebada, trigo, chocho y fréjol
62 productores de Cotopaxi usan semillas de alta calidad
Carlos Chicaiza, agricultor de la parroquia Alaquez, del cantón Latacunga, provincia de Cotopaxi, sabe que de su producción de papa súper chola depende la situación económica y laboral de muchos papicultores del país.
Chicaiza pertenece a la Asociación Alli Mullo, donde sus miembros se dedican al cultivo de semilla de alta calidad, que luego será distribuida a otros agricultores en el país, para que mejoren su producción y productividad.
“Así, otros agricultores pueden renovar sus cultivos, para ofrecer excelencia al consumidor”, dice Chicaiza, quien es parte de los 62 productores de 6 asociaciones que forman esta red de semilleristas en Cotopaxi.
En la lista constan semilleristas de quinua, maíz y papa, ubicados en el cantón Latacunga; cebada y trigo, en Saquisilí; chocho, en Pujilí y Sigchos; y fréjol, en Pangua.
De parte del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) todos los semilleristas reciben kits agrícolas, que comprenden semilla certificada proporcionada por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), fertilizantes, insumos, abonos, y capacitaciones.
También incluye el acompañamiento de técnicos, quienes son los encargados de inspeccionar y validar la productividad; brindan conocimientos en el manejo de plagas para que la producción sea amigable con el entorno y aporte al cambio de la matriz productiva.
Rodrigo Molina, semillerista de maíz de la parroquia de Toacaso, en el cantón Latacunga, considera que “pertenecer al programa de producción de semillas de calidad es una oportunidad de crecimiento, y a la vez tenemos la posibilidad de contribuir para mejorar los cultivos de nuestra provincia”.
Molina tiene una hectárea de terreno, en la que anteriormente cosechó 1.3 toneladas de maíz, pero este año espera superarla. Cuenta que todo el grano que cosecha lo entrega en el centro de acopio de la Asociación Jatarishun, ubicado en Saquisilí, para realizar los procesos de empaque y comercialización, según los acuerdos llegados con el Magap.
El año anterior, la producción de estos cultivos incrementó la economía local de los semilleristas en el 30%, según el rendimiento de cada rubro. En el caso de la papa, hubo una producción de 252 mil kilogramos de producción; cebada 16.740 kilogramos; trigo 4.688 kilogramos; maíz 19.188 kilogramos; chocho 17.100 kilogramos; quinua 54 mil kilogramos; y fréjol, 13.500 kilogramos.
Paúl Chacón, técnico del Magap y quien está a cargo del grupo de semilleristas de Cotopaxi, destacó que el Proyecto de Red de Semilleristas tiene como principal propósito ayudar a los pequeños y medianos agricultores a proveer semillas de calidad para reproducirlas en todo el territorio.
Chacón agrega que se pretende adoptar los cultivos ancestrales, como chocho y quinua, para esparcirlos por el resto del país, debido a sus altos valores nutritivos.
Añade que la semilla obtenida por la red es diferente a la semilla comercial, debido a que la primera es obtenida de manera más minuciosa en cuanto a plagas, floración, engrose, así como el suelo donde se siembra es mejor trabajado, con abono y fertilizantes.
Para Ana Belén Marín, directora provincial de Cotopaxi, los pequeños y medianos productores han tenido la capacidad para obtener semilla de calidad, para enriquecer y mejorar la productividad de la provincia.
Diez técnicos de la Estrategia Hombro a Hombro, del Magap-Cotopaxi, dan seguimiento a los diferentes cultivos para obtener una semilla de calidad, y ayudan a los diferentes productores para integrar la Asociación de Semilleristas de Calidad.
Por otra parte, la Dirección de Agrobiodiversidad, del Magap, ubicada en Guayaquil, realiza constantemente los estudios necesarios para crear manuales que ayuden a implementar nuevos rubros para el manejo de semillas de calidad.
Para cerrar el ciclo
Después de encontrar el potencial productivo de la semilla, los técnicos del Magap ayudan a que se cierre el ciclo con la comercialización.
Para el efecto, se crean acuerdos comerciales con empresas públicas y privadas. En el caso de la papa, por ejemplo, la producción de 2014 se la vendió por medio del portal de compras públicas, en las ciudades de Cuenca y Loja; el maíz se lo comercializó con las empresas Ecuaquímica y Enfarma. En el caso de la quinua, la compra la realizó la Empresa Pública Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA EP).
Los demás rubros, como el fréjol, el chocho y la cebada, los productores los comercializaron al Magap, entidad que compra el grano para luego redistribuirlo dentro de otras organizaciones de la provincia de Cotopaxi, con lo cual se garantiza la entrega de semilla con parámetros de calidad, multiplicándola dentro de la zona.
“Gracias a los técnicos hemos producido una papita linda, de mejor calidad, la cual puedo vender en 25 dólares el quintal”, afirma el productor Carlos Chicaiza, quien este año espera cosechar 800 quintales; es decir, 200 quintales adicionales a los que obtuvo el año anterior.
Como Carlos, los miembros de la Asociación de Hilanderas de Tilipulo, Unión de Organizaciones Indígenas de Saquisilí ‘Jatarishun’, Asociación de Promoción Social del Barrio Macaló Grande (Aprodemag), se dedican a diario a cultivar la tierra con el esfuerzo de sus manos, para producir semillas de calidad certificada, para ofertar y comercializar un grano óptimo, que impulse la mejora productiva de Cotopaxi.
Según los técnicos, los diferentes espacios altitudinales; los variados tipos de suelo, llenos de materia orgánica, fértiles para cualquier tipo de siembra, convierten a Cotopaxi en un potencial agrobiodiverso, que puede producir un impacto en la producción agrícola de todo el país. (I)