Con el apoyo del magap, corpopuruwa comenzó con un proceso de reactivación agrícola
62 productores cultivan granos andinos en el desierto de Palmira
Julio Bravo, oriundo de la comunidad Bishut, de la parroquia Palmira, en el cantón Guamote, provincia de Chimborazo, recuerda que sus ancestros cultivaban granos andinos en las tierras que hoy labora.
Lamentablemente ese tipo de cultivo poco a poco fue perdiéndose. Bravo cree que se debió básicamente a que la calidad de la tierra de Palmira, ubicada en el sur de Chimborazo, en su mayor parte es arenosa y que por esta razón la gente dejó los cultivos, y se dedicó a la plantación de pino.
Sin embargo, en el 2009, impulsados por la necesidad de producir la tierra, un grupo de pequeños agricultores de cuatro comunidades del cantón Guamote crearon la Corporación de Productores de Leguminosas y Granos Andinos del Pueblo Puruwa Chimborazo (Corpopuruwa), que cuenta actualmente con 62 socios.
Con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) y del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) -y pese a que la temperatura fluctúa entre los 6º y 12º centígrados- comenzaron con un proceso de reactivación agrícola. Hace seis años producen cebada, chocho, lenteja, quinua y cultivan semilla certificada.
Julio Bravo, al igual que otros miembros de Corpopuruwa, recuerda que iniciaron con un kilogramo de semilla de quinua y seis kilogramos de semilla de chocho. Es decir, producían un estimado de 0,11 hectáreas.
Pero, en la actualidad en el sector se producen alrededor de 12 hectáreas de chocho con semilla registrada para producción de semilla certificada, y 40 hectáreas de cebada con el mismo fin.
En Chimborazo existen 78 hectáreas de campos de multiplicación de semilla registrada de cebada, de la variedad Cañicapa, que se siembra en los cantones Guamote, Alausí y Chunchi. Hay también 12 hectáreas de semilla de chocho variedad INIAP 450 Andino, en el cantón Guamote.
Los agricultores agregaron que la constante capacitación que proporciona el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca, a través de los técnicos en territorio, sumada a la formación de promotores agropecuarios, ha permitido que los trabajadores de la zona tengan un conocimiento técnico de la producción.
“Ahora podemos identificar entre una semilla básica, una mejorada o una certificada; sabemos seleccionar el producto para purificar semillas. En la siembra aplicamos la distancia adecuada entre cada surco. Todo esto nos permite tener un alto rendimiento y calidad en las semillas”, destacó Julio Bravo.
Comercialización de semillas
Según los técnicos, una buena semilla debe cumplir con cuatro atributos: pureza varietal, pureza física, pureza sanitaria y ser libre de patógenos, y la corporación Corpopuruwa cumple con aquello.
Por esta razón, desde 2011 los agricultores de Palmira comenzaron la producción, distribución y comercialización de semillas de variedades mejoradas de chocho, quinua y cebada.
Con este fin se definió un nombre o marca -“Semillas del desierto”- por, precisamente, ser cultivadas en el desierto de Palmira. Sin embargo, esa debilidad se convirtió en fortaleza porque, como en la zona llueve poco, se garantiza semillas libres de hongos y bacterias.
Asistencia básica
Corpopuruwa también ha recibido otras ayudas. Andrés Daquilema, presidente de la organización, resalta que el centro de mecanización con el que hoy cuenta la comunidad, se ha convertido en un gran aporte no solamente para los miembros de su organización, sino para las comunidades que se encuentran en los alrededores.
“Los tractores trabajan en estos terrenos que son arenosos. Antes era demasiado difícil preparar el terreno para la siembra; únicamente utilizábamos palas y azadones, pero hoy gracias a la maquinaria esto se nos facilita”, enfatizó Daquilema.
Víctor Anguieta, director Provincial Agropecuario de Chimborazo, dijo que el Gobierno Nacional, mediante el Magap, trabaja en la reactivación productiva del país, enfocado principalmente en circuitos productivos. Es así como en Chimborazo se ha laborado con distintas organizaciones.
En el caso concreto de la Corpopuruwa, del cantón Guamote, se ha entregado apoyo desde el año 2009, especialmente en el tema semillerista.
Daquilema reiteró que antes la zona era completamente desértica, pero que hoy, gracias al trabajo conjunto, la producción es una fortaleza.
Para contribuir a ese trabajo, el Magap entregó un centro de mecanización agrícola, que consta de dos tractores, arados y aperos, al igual que 5 motocultores, todo por un monto que bordea los $ 90 mil.
A mediano plazo se construirá un centro de acopio con una inversión de $ 110 mil, esto permitirá una vez terminada la cosecha, dar un tratamiento adecuado del grano para que a su vez este pueda ser comercializado en óptimas condiciones. El objetivo es mejorar el estilo de vida del campo.
El técnico de la Unidad de Asistencia Técnica del Magap en Palmira, Julio Calderón, visita en forma permanente a los productores del sector. Las visitas son programadas de forma semanal o quincenal. En ellas se verifica el desarrollo de la producción, se ejecuta algún tipo de intervención, si lo amerita; además atiende en cualquier momento del día, ya que reside en la parroquia.
La aspiración de Corpopuruwa es posicionar en todo el país su marca “Semillas del desierto” para fortalecer sus ventas. También quieren darle valor agregado al grano de chocho comercial, a fin de ubicar sus productos en las perchas de las grandes cadenas nacionales, para que la ciudadanía consuma los productos que salen del desierto de Palmira. (I)