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Ecuador, 30 de Enero de 2025
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En la ejecución del proyecto, que beneficia a niños entre 3 y 14 años, se invertirán $ 153 millones

2,5 millones de estudiantes se alimentan con productos de pequeños agricultores

El programa Proalimentos vincula con un mercado fijo a productores de bajos ingresos. Foto: Cortesía
El programa Proalimentos vincula con un mercado fijo a productores de bajos ingresos. Foto: Cortesía
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Raquel Lara es madre de Mireya (10 años), Geovanny (7 años) y  de Jefferson (3 años), estudiantes de la escuela Honorato Vásquez, de la  comunidad Bramadero Chico, parroquia Guanujo, en la provincia de Bolívar.

Al igual que los 70 estudiantes del centro educativo, los hijos de Raquel a diario reciben el desayuno escolar, que incluye colada, galletas y barras.

De igual forma, en la Unidad Educativa General Medardo Alfaro, ubicada en la cooperativa 17 de Diciembre, del cantón Santo Domingo, de la provincia Santo Domingo de los Tsáchilas, Naomi, hija de Cecilia Moreno, junto a los 2.400 estudiantes, también recibe cada mañana  un cartón de leche, con sabor a vainilla o chocolate, y otros alimentos.

Según  Moreno, quien trabaja de empleada doméstica en Santo Domingo, el desayuno escolar no solo contribuye a la alimentación de su hija, sino también a su economía.

Estos niños son parte de los 2,5 millones de estudiantes -entre 3 y 14 años- que a diario reciben la alimentación escolar, con productos suministrados por 120 organizaciones que participan en el programa del Instituto de Provisión de Alimentos (Proalimentos), adscrito al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).

“Es una institución que le ofrece al Gobierno la posibilidad de tener una herramienta para incidir en políticas de seguridad y soberanía alimentaria”, dijo Juan Carlos Acosta, director ejecutivo de Proalimentos del Magap.

Acosta indicó que trabajan coordinadamente con los ministerios Coordinador de Desarrollo Social, de Salud Pública, Educación, Inclusión Económica y Social, y el de Agricultura para transformar la alimentación escolar en una cartera de productos, acorde a la dieta nutricional establecida por el Ministerio de Salud.

“Mediante el Programa de Alimentación Escolar hacemos intervenciones nutricionales focalizadas para mitigar dificultades como la desnutrición: donde tenemos estos problemas llegamos con productos fortificados, con una estrategia distinta y particular, pero donde hay sobrepeso y obesidad reducimos y controlamos la ingesta de azúcar y grasa”, explicó.

Por esta razón, destacó, Proalimentos promociona tres líneas de productos: leche -alimento importante como fuente de proteína, por lo cual se han diseñado leches enteras, semidescremadas y saborizadas, pero controlando el  nivel de azúcar-.

Otro segmento corresponde a los cereales -principal fuente de energía- elaborados con productos nacionales con buen nivel nutritivo, pero que han estado relegados, como la quinua, amaranto, cebada, chocho, arroz. Finalmente, el tercer segmento es el de las frutas frescas.

Acosta resaltó que “la idea es promover el aumento de la producción y productividad de nuestros cultivos, lo cual se logra a través de los programas, proyectos y planes que ejecuta el Magap, y que los productores tengan un mercado seguro”. De esta manera, contribuyen a la lucha contra la pobreza, porque se vincula con un mercado fijo a productores de bajos ingresos, de preferencia, que deben pertenecer a una organización.

Hasta el momento, Proalimentos cubre la alimentación de los niños en edad escolar que asisten a los centros educativos públicos. Para completar este grupo poblacional, este año atenderán también a quienes asisten a los centros infantiles del buen vivir.

 Acosta expresó que en un futuro   proveerán de alimentos a los centros de rehabilitación social, centros de salud, cuarteles militares y hospitales de la seguridad social.

Para incluir a más productores, Proalimentos promueve ruedas de negocios inclusivas, donde se presentan los prestadores de servicios de alimentación (catering), y productores locales.

Añadió que a los proveedores de catering se obligará que el 30% del total de productos provenga de los sectores donde dan el servicio. “Al contratarlos también incidimos en la generación de empleo”, sostuvo.

 Agregó que para ejecutar el Programa de Alimentación Escolar este año se invertirán $ 153 millones.

Mercado seguro

Proalimentos adquiere productos de dos formas: compras directas a los agricultores o de alimentos industrializados, que contengan materia prima nacional.

Lo que sucede con la Planta Hortifrutícola de Ambato (Planhofa) es un ejemplo. En ese sitio unos 50 productores de Huachi, Montalvo, Cevallos, Píllaro, Tisaleo y Quisapincha entregan reina claudia y peras que, luego de un proceso de selección son proporcionadas a los estudiantes de los establecimientos educativos.

Homero Medina, gerente de Planhofa, señala que los productores ya conocen las condiciones en que deben entregar la fruta.

Para Manuel Guatapi, fruticultor de la parroquia San Miguelito de Píllaro, la venta es rápida, a un precio adecuado, “y es una alegría saber que la fruta será destinada a niños, para quienes es un alimento primordial”.

Ángel Galarza, coterráneo de Guatapi, consideró que con la venta directa de frutas tiene un mercado fijo. Ahora, con la asistencia de técnicos del Magap piensa comprar más plantas para ampliar sus huertos frutales.

Noé Fernando Aldaz, del caserío San Pedro, de la parroquia Juan Montalvo, sugirió que el Magap mantenga la capacitación a los productores para que se beneficien al vender de manera directa.

El gerente de Planhofa propuso incorporar al Programa de Alimentación Escolar papillas y compotas, elaboradas con frutas, lo cual ampliaría la participación de los fruticultores.

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