Pedernales.- Con 17 años como camaronero, Miguel Uscocovich entró al negocio en la peor época que ha vivido el sector: la crisis por la mancha blanca, un virus tan letal que apareció en la mayoría de las piscinas del país y que registraba una mortandad en el animal hasta del 100% de la producción. “Fue desastroso”, comentó. Pese a esto, Uscocovich, oriundo de Bahía de Caráquez, decidió invertir en el negocio porque lo consideraba rentable. El camarón ecuatoriano tardó más de siete años en adaptarse a la plaga, gracias a los tratamientos que recibió la especie. “Fue una época muy complicada. La plaga apareció cuando en Bahía se sufrían estragos económicos del terremoto y el fenómeno de El Niño (ambos eventos en 1998)”, recordó. El productor y presidente de la Asociación de Camaroneros de Bahía de Caráquez, Christian Fontaine, indicó que actualmente enfermedades como la gregarina afectan a los cultivos, pero no son depredadoras como la mancha blanca. Fontaine dijo que la mortandad ha bajado notablemente al presentarse el virus en una piscina,  debido al trabajo en el proceso de las maduraciones, lo cual repercute en una mejor genética. La mortandad del animal por esta plaga pasó de hasta el 100% por piscina, a máximo el 10% en los pocos espacios donde aún se presenta. Para evitar que los patógenos existentes en sus piscinas afecten al producto, agregó, redujo el nivel de estrés en el animal. “Todo esto se logra sembrando probióticos, alimentando bien al camarón y bajando la densidad”. Amparo de Zúñiga, técnica de Alimentsa (empresa especializada en nutrición acuícola), abordó el tema en la Feria AquaExpo Manabí, realizada en Pedernales, y en la que participaron más de 160 productores. Con respecto a la mancha blanca, explicó que la transmisión es de padres a hijos y también se produce por canibalismo en las piscinas. “Ustedes (camaroneros) no deben solo pesar y medir el camarón, sino también medir su salud, porque ahí se podrá prevenir este tipo de enfermedades”, recomendó.    Entre las características de la dolencia están la coloración rojiza, así como un nado errático hacia las orillas. A fin de evitar enfermedades el camarón debe estar bien nutrido. Para excluir el virus, la especialista aconsejó sembrar animales certificados, así como la desinfección de piscinas. El estrés debe ser mínimo durante el cultivo y eso se consigue disminuyendo la densidad poblacional del animal. También se debe controlar que la temperatura no pase de 32 grados. A esto se suma que el nivel de las piscinas sea el idóneo. Otro de los virus existentes en el país, señaló la especialista, es el mal de necrosis hipodérmica y hematopoyética infecciosa (IHHNV), que produce enanismo y deformidad. De Zúñiga destacó la importancia de la prevención por parte de los productores, porque si el camarón está bien nutrido, no buscará otros alimentos. Entre las enfermedades bacterianas están la vibriosis sistemática, conocida como el Síndrome de la gaviota; y la necrosis bacteriana del hepatopáncreas (NHP-B). (I)