La inversión extranjera directa (IED) en el país durante el primer trimestre de 2018 registró un crecimiento del 21,3% con relación al mismo período de 2017, al obtenerse un flujo neto de $ 223,6 millones, según un informe del Banco Central (BCE). El país que mayor cantidad de inversión registró fue Holanda con $ 81,9 millones. Esa nación destinó entre los años 2015 y 2017, aproximadamente $ 741,1 millones a Ecuador, siendo así sus principales inversores europeos. El segundo país con mayor inversión de enero a marzo de este año fue Venezuela que colocó en Ecuador $ 67,8 millones. Verónica Artola, gerente del BC, explicó que la inversión venezolana se da principalmente para servicios petroleros, además de explotación de minas y canteras. Para el exviceministro de Comercio Exterior, José Xavier Orellana, es positivo el incremento del 21,3% en la IED en el primer trimestre de 2018, con respecto al mismo período de 2017. Sin embargo, considera que es aún una cantidad muy reducida. “Si consideramos una inversión igual durante los otros tres trimestres que restan al año, hablamos de unos $ 884 millones, es decir menos del 1% de Producto Interno Bruto”, apuntó el analista económico. Orellana dijo que el Estado debe ponerse como meta triplicar esa inversión. Recordó que el país tiene enfrente ruedas petroleras, se abrieron las licitaciones para campos menores, para los campos Suroriente, además de proyectos de minería, con lo que se podría aumentar la inversión con cifras importantes. A pesar de ello, señaló que el país debe apuntar también a otros sectores como la acuicultura y el turismo. De acuerdo al BCE, en la evolución de la inversión extranjera durante el primer trimestre destaca el aumento en utilidades reinvertidas que alcanzan los $ 63,9 millones. Pabel Muñoz, exsecretario de Planificación y actual presidente de la Comisión de Régimen Económico, destacó que la inversión genera empleo y productividad, sin embargo hay que mirar con atención si esos recursos extranjeros son efectivamente beneficiosos para el país. “En una economía dolarizada, si una empresa invierte $ 100 millones, y luego de tres años saca del país $ 300 millones por la reversión de sus utilidades, hay que preguntarse si en realidad es beneficiosa”, advirtió Muñoz. Dijo, además, que la mejor ecuación para atraer inversión privada es una adecuada inversión pública, a través del desarrollo de carreteras, puertos, aeropuertos, algo que se vio reflejado en la anterior década. Ante ello recalcó que el actual régimen no tiene una perspectiva clara de desarrollo que permita atraer inversión que sea necesaria y beneficiosa. De acuerdo al informe La Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina y el Caribe 2018, difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2017 el Ecuador vio caer la IED recibida un 20%, hasta los $ 606 millones, cifra similar a la que ingresaba al país entre los años 2011 y 2014. Esta caída se origina principalmente en el sector extractivo, que en los dos años anteriores recibió alrededor de $ 500 millones anuales, pero al que solamente llegaron $ 64 millones en 2017. El sector extractivo del Ecuador está dominado por la producción petrolera, en la que varias transnacionales operan en asociación con la Empresa Estatal de Petróleos del Ecuador (Petroecuador). Por otro lado, se encuentran los megaproyectos mineros, los cuales aún no entran en fase de producción y con los que el país estima alrededor de $ 1.000 millones de inversión. La inversión extranjera cayó en América Latina El informe de Cepal dado a conocer el jueves 5 de julio en la Ciudad de México, señala que la inversión en la región cayó por tercer año consecutivo en 2017 y se quedó en $ 161.673 millones, un 3,6% menos que el año anterior, y un 20% por debajo de lo recibido en 2011. De acuerdo al organismo, la caída continuada de la IED desde el año 2011 se puede explicar por los menores precios de los productos básicos de exportación, que han reducido significativamente las inversiones en las industrias extractivas. El documento apunta además a la recesión económica ocurrida en 2015 y 2016, principalmente en Brasil. Estas dos tendencias, sin embargo, fueron parcialmente revertidas en 2017 cuando la región retomó el crecimiento (1,3% del PIB) y los precios del petróleo y metales subieron. Mientras que en 2016 la gran mayoría de países de la región registraron caídas en las entradas de IED, en 2017 subió en la mayoría de ellos. La principal fuente de inversión para Suramérica fue la Unión Europea, mientras que en México y Centroamérica, los recursos fueron depositados por Estados Unidos. La Cepal destaca que los inversores miran ahora con buenos ojos los negocios en energías renovables, telecomunicaciones y automóviles, aunque no tanto como para recuperar los niveles de aportes externos recibidos en años anteriores y producir, en el mediano plazo, una transformación en el perfil productivo de la región. La directora de Cepal, Alicia Bárcena, pidió concentrarse a futuro en la calidad y no tanto en la cantidad de las nuevas inversiones.“Ya no necesitamos que venga cualquier tipo de IED. Es importante que sean buenas inversiones, que creen empleo y que incorporen a las Mipymes”, manifestó la funcionaria. (I)