Las aplicaciones móviles se han convertido de manera vertiginosa en herramientas indispensables para la mayoría de quienes tienen smartphones, debido a sus posibilidades para facilitar tareas cotidianas y ahorrar tiempo y dinero. La necesidad de realizar traslados en la ciudad, que antes era cubierta enteramente por los taxis, es un terreno fértil para el aparecimiento de multinacionales que posibilitan un servicio de movilidad rápido, seguro y hasta más económico. Todo eso, gracias a las facilidades que ofrecen los teléfonos inteligentes. En Ecuador, mientras el sector del taxismo formal realiza movilizaciones y plantones exigiendo al Gobierno que no permita el desarrollo de este tipo de servicios, las plataformas digitales se pelean el mercado. Hasta ahora, las multinacionales Uber y Cabify se disputaban el mercado de aquellos clientes conectados al mundo a través del internet de los móviles. Sin embargo, llegó al país una tercera compañía que ofrece una enorme diferenciación con sus competidores. Se trata de InDriver, una plataforma creada en Rusia en 2011 con la cual el cliente oferta lo que está dispuesto a cancelar por su traslado y el conductor decide si acepta o le presenta una contraoferta. Es decir funciona como una subasta de la carrera, donde tanto el cliente como el conductor se ponen de acuerdo por la tarifa. Según Martín Linera, gerente de InDriver en Ecuador, la diferencia de esta aplicación con sus competidores directos son los precios bajos, el pago en efectivo y el desembolso por parte de los conductores de una comisión menor por cada carrera. “Por lanzamiento de nuestro servicio, durante los primeros seis meses los conductores que trabajan con nosotros no deberán pagarnos comisión, luego de ello este valor fluctuará entre el 5% y el 8%, dependiendo de la ciudad, a diferencia de nuestros competidores que cobran el 25% de cada carrera”, manifestó el representante de esta empresa rusa nacida hace 5 años. La diferencia principal con otras aplicaciones es que opera como una subasta de viajes en línea y que permite a los usuarios y conductores ponerse de acuerdo en la tarifa. Esta plataforma está presente en 142 ciudades de 10 países y a pesar de que aún no ha realizado su lanzamiento, ya se encuentra operando en el mercado ecuatoriano atendiendo en las ciudades de Guayaquil, Quito, Cuenca, Santo Domingo de los Tsáchilas, Machala, Manta, Portoviejo, Loja, Ambato, Esmeraldas, Quevedo, Riobamba, Milagro e Ibarra. “Tenemos un ambicioso plan de expansión por toda Latinoamérica, donde invertiremos hasta $ 50 millones. Somos una alternativa tecnológica que facilita la movilidad de los residentes, devolviéndoles la posibilidad de entablar un diálogo con los conductores y que entre ambos puedan acordar el precio de su viaje”, manifestó Yegor Federov, director de Desarrollo Comercial de InDriver. Innovar o morir La enorme aceptación de la ciudadanía a los servicios de este tipo de transporte no gusta para nada a los taxistas, que a nivel mundial han protagonizado multitudinarias marchas en contra de los servicios de estas aplicaciones, pues cuestionan las numerosas regulaciones de las autoridades de tránsito locales, el pago de tributos, el costo de los puestos en las cooperativas, entre otros. Daniel Solines, investigador en movilidad urbana y nuevas tecnologías, considera que las cooperativas de taxi están obligadas a desarrollar las propias plataformas que les permitan competir con las multinacionales. Es decir “pasar del llanto a la acción, pues el mercado es amplio y aunque conseguir taxis en la calle todavía va a ser posible, el futuro de este nicho de mercado está en las aplicaciones móviles que ofrecen facilidad, seguridad, inmediatez”, afirmó el experto. Agregó que la resistencia a este cambio digital aún es generacional, pues los jóvenes taxistas se ven más abiertos a utilizar la tecnología. Otros detalles Durante 6 meses los conductores no pagarán comisión. InDriver se encuentra al momento en un proceso de reclutamiento de conductores en todo el país. Actualmente son ya 550. Apertura laboral. La plataforma no restringe el acceso de conductores de otras empresas, pues pueden prestar su servicio tanto taxis amarillos como vehículos privados que trabajen con otras aplicaciones. (I)