Reducción del Impuesto a la Renta (IR) a una tarifa del 2%, es uno de los beneficios que tendrán los microempresarios con la Ley de Simplificación y Progresividad Tributaria. El pleno de la Asamblea Nacional terminó de tratar el martes 17 de diciembre de 2019, el veto parcial del Presidente a esta ley. La normativa entrará en vigencia una vez que se publique en el Registro Oficial. Uno de los objetivos del articulado es apoyar a los emprendedores con la simplificación de trámites y darles incentivos tributarios. Napoleón Santamaría, abogado tributarista, explica que las compañías en general pagan un IR del 25% de sus utilidades cada año. Mientras que las microempresas tendrán una tarifa del 2% sobre sus ingresos brutos. Asimismo, las compañías declaran de forma mensual el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Las microempresas lo harán semestralmente. Según el especialista, el microempresario podrá usar el dinero del IVA como capital de trabajo por un tiempo. Pero a criterio de Wilson Araque, director del Observatorio de la Pequeña y Mediana Empresa de la Universidad Andina Simón Bolívar, este incentivo se lo debe aplicar con cuidado. Si bien les da a las microempresas un momento de liquidez, se corre el peligro de que si no se tiene la precaución de ahorrar el dinero del impuesto, a los seis meses no tendrán con qué pagar. Santamaría asegura que en forma general lo que buscan estas medidas es quitarles un peso a los microempresarios y hacerles la vida sencilla en lo administrativo y lo tributario. Y busca apoyar al emprendimiento e innovación. Otro aspecto positivo que destaca el abogado tributario, es que estos beneficios invitarán a quienes están en la informalidad, a que legalicen su actividad. “El 45% de la economía del país es informal. De ese porcentaje, el 80% son microempresarios”, explica. Por su parte, Araque opina que los incentivos que da la nueva ley son buenos, pero cree que la simplificación tributaria debe ir más allá. Explica que según un informe del Banco Mundial, el tiempo en promedio que invierten las empresas para tramitología tributaria en Ecuador es de más de 650 horas al año. En Chile, Perú y Colombia el tiempo está en alrededor de 150 horas. “La tramitología en el país aún es bastante engorrosa y lenta. Se deberían eliminar los trámites que son innecesarios, de pronto fusionar algunos y usar la tecnología para que se agilite todo”, comenta Araque. Diego Ango, propietario de la microempresa Alaja Chocolate, cree que son positivos estos incentivos tributarios. Sin embargo, opina que para que los negocios se mantengan se debe mejorar la competitividad y el poder adquisitivo del cliente. “Sí ayudan estas medidas, pero si la gente no puede consumir, de nada va a servir. Hay que generar fuentes de empleo”, comenta el emprendedor. A criterio de Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito, toda medida de simplificación es buena porque se da facilidad al contribuyente en sus declaraciones. Alarcón considera que esto no es suficiente. Cree que las medidas deben estar acompañadas de reformas laborales que propicien el emprendimiento, alivio tributario y trabajo para el crecimiento de la economía. (I)