“El Gobierno jamás va a incautar, jamás va a confiscar las cuentas de nadie (...) no vamos a tocar un centavo de nadie”, afirmaba el expresidente Jamil Mahuad a inicios de 1999 ante la crisis financiera por la que atravesaba el país. La frase quedó inmortalizada porque el 8 de marzo de ese año el superintendente de Bancos, Jorge Egas Peña, informó al país la decisión de la Junta Monetaria de decretar el feriado bancario. Egas indicó que la medida duraría solo 24 horas, pero antes de que finalice el día volvió a dirigirse a la nación para comunicar que el feriado se extendería. Finalmente los bancos cerraron por 5 días. La noticia tomó por sorpresa a la sociedad. Las instituciones financieras dejaron de atender al público y era imposible retirar los fondos. El anuncio se dio en medio de una crisis económica que había volcado a las calles a docentes, choferes, trabajadores e indígenas. Varias provincias plegaron al paro, mientras en el Congreso Nacional, presidido por el demócratapopular Juan José Pons, se negociaba la aprobación de un “paquetazo” que ayudaría al Gobierno a solventar la crisis. Con el paso de los días, la desesperación ciudadana ante la falta de respuestas se tradujo en protestas, disturbios, saqueos y movilizaciones hacia las instalaciones de los bancos. Había caos. Incluso, los medios registraron suicidios. El 11 de marzo de 1999 el Gobierno comunicaba el levantamiento del feriado bancario, pero entraba en vigencia un decreto que congelaba los depósitos durante un año para las cuentas con más de 2 millones de sucres. En total: 4 billones de sucres y $ 350 millones. Hace 18 años, los depositantes vieron cómo sus ahorros eran retenidos so pretexto de asegurar la estabilidad financiera y monetaria. Tiempo después, los Certificados de Depósitos Reprogramados (CDR), que supuestamente respaldaban sus recursos, fueron otro capítulo negro de esta historia. Ese caos también arrastró a quienes contrajeron créditos con la banca en crisis, cuyas deudas se registraron como pasivos o se confundieron con los denominados “créditos vinculados”. La falta de información  los hizo objeto de juicios y con el pasar de los años se sumaron intereses impagables. Los bancos aparentaban solidez Los bancos mostraban su opulencia no solo con oficinas y autos de lujo, sino también comprando páginas completas de los diarios nacionales. Por ejemplo, el Banco del Pacífico indicaba: “En 22 días crecimos en 401 mil millones de sucres”, celebrando un crecimiento del 32.4% entre el 28 de febrero y el 22 de marzo de 1999. El Congreso aprobó el paquetazo En aquel momento, las reservas monetarias del Ecuador cayeron en más de $ 1.000 millones. Una vez anunciada la reapertura de los bancos, el Congreso aprobó 9 medidas para recuperar el déficit financiero. La resolución fue impulsada por Paco Moncayo, exdiputado por la Izquierda Democrática, y se aprobó con 59 votos, de mayoría socialcristiana y de la Democracia Popular. Las medidas fueron: el incremento salarial del 10% para empleados públicos; el impuesto a la renta se fijó en 15% para sociedades y personas, y en 25% para las instituciones financieras; se eliminó las exenciones del IVA a servicios prestados por el Estado en educación, salud, guarderías y ancianos; se estableció el impuesto del 1% al patrimonio de las empresas. Además, se autorizó la transferencia del 10% de los ingresos de las Superintendencias de Compañías, Bancos y Telecomunicaciones al Estado, y del Banco Central, el 90% de sus utilidades. Se incrementó $ 2 por cada barril de petróleo y se solicitó la revisión del precio de transporte de crudo. Eduardo Valencia, expresidente de la Corporación Financiera Nacional y miembro de la comisión para investigar el salvataje bancario, en una entrevista con la Revista Vistazo en 2007, afirmó que parte de los orígenes de la crisis bancaria  están en 1996 cuando el entonces presidente Abdalá Bucaram hablaba de convertibilidad: “en el fondo era para licuar las deudas”. “¿Hay responsables directos?: (Osvaldo) Hurtado a través de Cordes, vinculada a la banca serrana. El partido PSC a través de Malecón 2000 con (Pedro) Gómez Centurión, Álvaro Guerrero, Guillermo Lasso y Roberto Baquerizo, cuñado del expresidente (Gustavo) Noboa. Los cuatro más (Luis) Jácome y el exministro Fidel Jaramillo, presionan a Mahuad para el congelamiento de depósitos. Ahora se sabe que las cámaras de la producción y parte de la banca costeña también pusieron presión”, sostuvo Valencia, quien hoy en día se desmarca de esas declaraciones. El expresidente Osvaldo Hurtado también jugó un papel importante, según Valencia, al renegar de los principios de centro izquierda y  alinearse con la banca serrana. El PSC apoyó a la Unión Demócrata Cristiana (UDC) y Mahuad ganó las elecciones. “La lista es grande y están banqueros que actualmente dirigen las opiniones. Son próceres respetados por la sociedad, que deciden y ordenan todo”, acotó. (I)