El plástico desechado por las industrias petroleras y agrícolas se puede convertir en tableros que sirven para la construcción de mesas, pupitres, sillas o incluso casas para mascotas. En el Centro Integral de Ingeniería Ecológica del Coca, en la Amazonía Ecuatoriana, se produce este material llamado “madera plástica”. El proyecto lo emprende la empresa Ecuambiente desde 2013 con el objetivo de dar una “segunda vida” al plástico que las empresas desechan. Trabajan con elementos de baja densidad (fundas o botellas) y de alta densidad (envases de shampoo, detergentes o fertilizantes). La producción del centro se da en función de la materia prima disponible y de los pedidos o proyectos en los que Ecuambiente participa, indica María Eugenia Moreno, gerenta de proyectos de la compañía nacional. Luego del tratamiento se generan tableros de 1,30 m x 1,40 m con espesores de 0,50 hasta 5 cm. Con estos se pueden hacer muebles exteriores, mesas de reuniones para oficinas, bases para almacenar materiales pesados en bodegas, entre otros. La única dificultad, reconoce Moreno, es el peso de los productos. “Sirve muy bien para las industrias pero para uso doméstico es algo pesado”. El material es resistente a la humedad y a otros factores climáticos. No necesita pintarse, ni aplicar anticorrosivos o plaguicidas; no se deteriora. Foto: Cortesía Ecuambiente. En el Centro se procesan un promedio de 65 toneladas de plástico al año con lo que se ha evitado la tala de alrededor de 970 árboles. Las empresas contratan los servicios de Ecuambiente para tratar sus desperdicios. A comparación de la madera común, la plástica es más duradera, no requiere mantenimiento ni existe riesgo de ataques de insectos, hongos o bacterias. Además es un aislante acústico y no transmite cargas eléctricas. Lo que realiza Ecuambiente se enmarca en el concepto de economía circular que se impulsa en el país desde el Gobierno. Moreno considera que es positivo que Ecuador se enrumbe en esta dirección y destaca el Reglamento del Código Orgánico Ambiental que contempla incentivos económicos a la producción verde. Entre ellos se encuentran facilidades para importar maquinaria de procesamiento, descuentos tributarios y financiamiento para negocios sostenibles. Para la consultora es un reto aún que más empresas incorporen procesos de reutilización de materiales y posicionar productos de este tipo en el mercado para que baje su costo poco a poco. (I)