La resistencia de gobiernos, empresas y la sociedad al cambio es una de las principales barreras para desarrollar una economía circular en los países. Así lo aseguraron expertos internacionales que se dieron cita en el Seminario Internacional de Economía Circular que se realizó en Quito el jueves 13 y viernes 14 de junio. María José González, coordinadora del proyecto Biovalor de Uruguay, agrega otros retos: incertidumbre por parte de los productores, desconocimiento y desconfianza en las tecnologías y normativas obsoletas. A criterio de Ángel Fernández, presidente de la Fundación Economía Circular de España, para superar estos obstáculos, el gobierno debe ser el primero en estar convencido de la importancia de pasar de una economía lineal a una circular. La economía circular busca frenar el impacto al medio ambiente e impulsa el desarrollo sostenible para salvar al planeta. A criterio de Marianne Van Steen, embajadora de la Unión Europea en Ecuador (UE), consiste en vincular las tres fases de la economía: producción, consumo y la gestión de los residuos. Van Steen asegura que según un estudio de las Naciones Unidas, la economía circular en algunos sectores podría reducir hasta el 99% de sus emisiones y desechos industriales. Pero además, de acuerdo con la funcionaria de la Unión Europea, la economía circular es una herramienta que ayuda a incrementar la productividad, el empleo y la competitividad en los países. “Hemos vivido en una lógica en la que se obtenía la materia prima, se producía un bien, se consumía ese bien y se lo desechaba”, explica Ximena Ruz, subdirectora técnica de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Chile. La idea ahora es darle más vida a esa materia prima, no desecharla sino retornarla al ciclo, para consumir menos recursos, menos energía y ser más sustentables. “El futuro será circular o no será. Ya no es opcional”, comentó Fernández. María Sara Jirón, subsecretaria de Gobernanza y Gobernabilidad de la Vicepresidencia, aseguró que es urgente tomar decisiones para ayudar al planeta. Mencionó que, por ejemplo, del 100% del plástico que llega a las Islas Galápagos el 38% llega del continente ecuatoriano. De ahí la importancia de este cambio de paradigma en toda la sociedad. “A través de la economía circular podemos pensar que los desechos no son tales. Sino que pueden ser utilizados de manera efectiva, por ejemplo en la generación de energía”, dijo Jirón. Van Steen aseguró que la UE llevará a cabo un proyecto que ayudará a impulsar este tipo de economía en Ecuador. El plan aún está en diseño y contará con un presupuesto de alrededor de $ 2,5 millones. El objetivo del proyecto es apoyar a autoridades en la implementación de políticas de economía circular y a iniciativas del sector privado que generen estas prácticas. Los resultados de este seminario alimentarán el Libro Blanco, un documento considerado el primer paso al establecimiento de una política pública que impulse una economía circular. (I)