Sanos, cotizados y amigables con el ambiente son los frutos orgánicos que en el mundo mueven alrededor de $ 90.000 millones. En total, 178 países del mundo tienen cultivos orgánicos, lo que significa un incremento del 15% desde 2015 a 2017, según la última investigación del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica de Suiza. Por continentes, Oceanía es el que mayor área orgánica cultivada tiene con 27,3 millones de ha, le siguen Europa (13,5 millones de ha), América Latina (7,1 millones de ha), Asia (4,9 millones de ha), Norteamérica (3,1 millones de ha) y África (1,8 millones de ha). Ecuador, con 39.824 ha de cultivos orgánicos, es parte de los diez países de América Latina con más área orgánica cultivada. El cultivo de este tipo de frutos se da en pequeños lotes con distintas variedades, lo que permite cuidar el agua, manejar adecuadamente el suelo y un mayor equilibrio en el control de plagas. Así lo explicó María del Carmen Burneo, propietaria de la hacienda Gonzabal, ubicada en la parroquia Taquil, del cantón Loja. Estas características hacen que el precio de los productos orgánicos se incremente entre el 5% y 10% más que un producto cultivado tradicionalmente. Por ello, Burneo, así como otros exportadores y expertos, considera que Ecuador tiene una gran oportunidad comercial si se incentiva más el cultivo de estos productos y su consumo interno y externo. “Es necesario contar con políticas que ayuden a los productores a desarrollarse y aprovechar el mercado internacional”, dijo Burneo. La Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE) firmó una alianza con la Escuela Superior Politécnica del Litoral para desarrollar investigaciones en pro del sector. Se trata del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE). Su directora, Daynet Sosa, señaló que se han dedicado a fortalecer la fertilización y el control de enfermedades con fertilizantes orgánicos. “Hay un cambio de mentalidad acerca de disminuir la carga química que se añade a los cultivos”, afirmó. El centro además produce un biol (abono orgánico natural) que se basa en excremento de vacuno, microorganismos, roca fosfórica y melaza, que ya ha sido registrado en Agrocalidad. También producen fertilizantes basados en microorganismos que controlan hongos y bacterias que causan enfermedades. Rosario Cano, directora adjunta de la empresa Crisara de España, cree que la agricultura orgánica es una necesidad desde el punto de vista de la salud humana y la respuesta a una demanda del cliente final que busca productos saludables. “Es una gran oportunidad para Ecuador apostar por la producción orgánica y tiene mucho camino por recorrer en ese campo. Hay un cambio muy importante en la región y Ecuador está apostando, pero todavía está empezando”, comentó. La experta dijo que los productores, una vez que conozcan la rentabilidad de los cultivos orgánicos, se va a dar cuenta de que hay una gran oportunidad, por lo que recomienda dar apoyo desde las entidades públicas para que brinden facilidades para obtener las certificaciones respectivas. El banano y café orgánicos del Ecuador son productos que han ganado mercado internacional. Según ProEcuador, entre enero y agosto de 2018 se exportaron $ 191 millones de banano orgánico, un crecimiento del 27% en comparación al mismo periodo del año anterior. En el caso del cacao orgánico, este alcanzó $ 1,1 millones entre enero y agosto de 2018 lo que refleja un crecimiento del 104%. (I)