Entidad advierte riesgos por consumo de caracoles
Consumir el caracol gigante africano y tocar la baba del animal en estado silvestre puede ser letal para las personas. Así lo advirtió el Instituto Nacional de Higiene (INH) a través del área de Parasitología, para que los ciudadanos no sigan consumiendo este molusco sin cocción.
El caracol gigante habita por millones en todo el país y no hay un lugar donde no se lo encuentre. El animal se ubica en barrios marginales y en las ciudadelas privadas de las principales ciudades.
Según las investigaciones realizadas por Luigi Martini, director del área de Parasitología del INH, durante los últimos tres años se han presentado casos de meningoencefalitis eosinofílica (inflamación del cerebro) producidas por un parásito que tiene el caracol gigante y se lo adquiere al ser ingerido crudo o mal cocido.
La costumbre ancestral de comer caracoles sin cocinar, mal cocinados, o en ceviches, provocó afectaciones en la salud de más de 50 personas, tanto niños como adultos, en especial adultos jóvenes en diferentes provincias en los últimos dos años. Hasta el momento se registran 3 fallecidos.
“Todo el mundo comía caracoles, no había el parásito, este llegó al Ecuador e infectó los caracoles nuestros. Como la gente tenía la costumbre de ingerirlos, se enfermaron y comenzaron a presentarse casos de meningoencefalitis eosinofílica”, dijo Martini, quien enfatizó que el parásito no causa la muerte si el paciente es tratado a tiempo.
Martini explicó que el parásito está en las ratas. En el excremento del roedor se presentan larvas que son fagocitadas por el parásito y desarrollan una larva con una estadía mayor. “Nosotros comemos estos caracoles con estas larvas que van a nuestro cerebro y nos causan la meningoencefalitis. Creemos que el parásito llegó en el caracol gigante, infectó las ratas y esta a su vez infecta a los caracoles, y el ciclo se mantiene”, dijo.
Las personas que adquieren esta enfermedad tienen severos dolores de cabeza, náusea, vómitos, rigidez de nuca, convulsiones y disturbios visuales. Por primera vez se encuentra este parásito en Sudamérica.
Según el INH, los primeros casos aparecieron en la provincia de Los Ríos y en el cantón Bucay, de la provincia del Guayas.
Martini recomendó que si uno encuentra caracoles en su casa debe recogerlos y ponerlos en un balde de agua para que se ahoguen. Luego echarles cloro para matar el parásito y eliminarlo. “En la feria de Durán se vendía libremente la baba de caracol en estado silvestre y ninguna autoridad hizo algo por impedirlo.
La baba la pusieron en unos goteros y la gente hizo largas columnas para comprarla a un dólar. Allí es posible que esté la larva; a lo que te aplicas, el parásito se te puede ir por la boca y enfermar”, dijo.
Jenny Muzzio, bióloga que cursa una maestría en Cuba sobre los caracoles, manifestó que no se debe manipular la baba del caracol, ya que cuando las personas se la pasan por la cara, se van infectando. “Los fluidos se quedan cerca de la boca y nariz y se infectan con la larva, que es microscópica. Es diferente a los caracoles que se utilizan para cosméticos, ya que ellos están en cautiverio con normas que los regulan. Los silvestres, infectados, entran en contacto con la gente en las casas”, dijo.
Myriam Arias, técnica del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), señaló que para atraer a los caracoles a un sitio se debe poner trozos de papaya y alrededor sal, ya que con esto el animal se deshidrata y se muere.