Realiza la señal de la cruz murmurando la frase: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”; inmediatamente alza la mirada y camina hacia la puerta de su casa de madera y caña, situada en los arrabales del estero Mogollón, allá en el Suburbio Oeste de la ciudad. Su esposa y dos de sus hijas lo aguardan en la puerta, lo abrazan y le dicen que tenga mucho cuidado. Una camiseta roja, un jean viejo y zapatos de caucho lleva dentro de un pequeño bolso azul. Esa es la  ropa de su trabajo  de oficial. Los 5 meses que han transcurrido del año ha laborado sin parar y eso lo agradece todos los días a Dios.

“Hay trabajo y eso es lo mejor que me ha pasado en los últimos años. Ahora muchos quieren construir y logro estar en obras de forma seguida...”, señala Ignacio Ayala Araujo, de unos 36 años  de edad y oriundo de Colimes, provincia del Guayas, quien desde hace ya bastante     se dedica al oficio de la construcción. 

Asegura  que, por lo general,  encontrar  trabajo es muy difícil para personas como él. “En este momento tengo pedidos de varias obras pequeñas que no las puedo atender y es raro negarse a hacer un trabajo. Me gusta más estar en la construcción de villas, porque lleva más tiempo y aseguro la paga”.

En el país el incentivo del bono de vivienda, que subió de 500 a 5.000 dólares, la canalización de los créditos hipotecarios y la iniciativa de la oferta de constructores logran mover el sector, sostiene Marcos Ortiz Mora, arquitecto y constructor, quien puntualiza que es el sector de la clase media el que representa la mayor demanda de viviendas gracias a que tiene la posibilidad de endeudarse a 15, 20 y 25 años.

Dinamización de la economía

Es claro que hay una dinamización de la economía doméstica que inicia con los obreros, quienes a la vez demandan almuerzos en los mesones o a las personas que se dedican a elaborarlos y llevárselos; asimismo, existe un impacto positivo en los  fletes de camionetas, el consumo de agua embotellada, y las ferreterías venden más, incluso hay quienes deben contratar más empleados. “El movimiento de la economía es definitivamente mayor en este momento por la construcción”, ratifica  el arquitecto.

Santiago Diaz Guadamud, propietario de una ferretería en Guayaquil, precisa que  las ventas se han incrementado, sobre todo en torno a los equipos para el sistema de instalación eléctrica y en pinturas. El resto de productos tienen una demanda dentro de lo normal. Y replica: “Esperamos que las ventas sigan creciendo o se mantengan como ahora”.

En un local ubicado en el sector de Los Vergeles, donde comercializan hierro, piedras, arena y cemento, las ventas son superiores a las de otros meses, asegura su propietaria, quien declinó identificarse. “El construir una casa es costoso”, asegura, “pero las personas están haciendo un esfuerzo, porque en porcentaje hemos tenido un incremento en las ventas en alrededor de un 30%”.

Agrega que se trata de un pequeño boom en este momento que mueve a muchos sectores; por ejemplo, los camioneteros tienen una mayor demanda de sus servicios.

Emprendedoras

Laura Calero de Corozo, emprendedora, señala que junto a un grupo de amigas del sector del “puente de la A” han logrado captar comensales de las construcciones. “Tenemos clientes viejos que nos piden que les cocinemos y, a la vez, ellos nos promocionan. Generalmente preparamos de 20 a 30 almuerzos diariamente, pero ahora ya hacemos 50 y a veces más”.

Acota que  han podido ayudar mucho en los gastos de la casa, incluso “hemos ido de compras a La Bahía a adquirir ropita para los bebés. Todo lo que hagamos para salir adelante es bien visto por nuestra familia”.

“Falta mucho por hacer”

El ministro de Vivienda, Walter Solís, resalta que la política iniciada por el Ejecutivo desde 2007 arroja una inversión que supera los 913 millones de dólares, monto  que ha permitido la edificación de 210 mil viviendas o soluciones habitacionales. “Hemos hecho un trabajo correcto y falta hacer mucho más”, indica el secretario de cartera, quien también resalta la labor del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y de la banca, que han construido programas habitacionales que ayudan a conseguir la meta de reducir el déficit habitacional.

El gerente del Biess (Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), Efraín Viera, comenta que están entregando préstamos hipotecarios a personas que jamás la banca  hubiera aprobado como sujetos de crédito. Los requisitos son tener 36 aportaciones, 12 cuotas consecutivas, entre otras cosas que son sencillas de cumplir.