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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Innovar no depende de un hallazgo científico, descubra qué busca el mercado

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En Ecuador la innovación está en una fase emergente, afirma el docente investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Juan Fernández Sastre.

Explica que el conocimiento científico no es la única fuente de innovación, ya que otras surgen de las necesidades del mercado.

Un estudio realizado por Senescyt e INEC a 6.275 empresas que operan en el país determinó que el 40,5% de ellas innova en sus procesos y en el desarrollo del producto (ver gráfico).

De ese porcentaje, el 18,8% aseguró que invierte en innovación y desarrollo (I+D), sea en alianza con otras entidades o con la creación de un departamento propio.

Y por el número de empresas innovadoras que operan en su territorio,  Cotopaxi y Tungurahua lideran el ranking nacional. Aunque Pichincha (1.700) y Guayas (1.405) son las provincias con más empresas.  

Fernández señala que al principio las empresas buscan información y establecen relaciones colaborativas para recopilar datos de tipo tecnológico. Quieren saber qué tecnologías usar para producir mejor o introducir nuevos productos al mercado.

Pero innovar no solo es desarrollar un software, es cómo interactuar con el mercado. Por ejemplo -comenta- la vela de las embarcaciones hoy permite además practicar windsurf y kitesurf. Un mismo concepto tecnológico sirve para producir otro bien.

Según el Índice Global de Innovación 2017, Suiza lidera el ranking por séptimo año consecutivo. Y entre los primeros 25 lugares están Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Japón, Francia, Israel y China. 

Del informe se desprende que crear nuevas fuentes de innovación será vital para transformar la economía actual, y un espacio de desarrollo será la agricultura inteligente para superar  los serios desafíos alimentarios. Y recomiendan que los países de bajos y medianos ingresos pongan más énfasis en sus sistemas de innovación. 

Lograrlo no es imposible. Los expertos consideran 4 ámbitos para innovar: desde la organización, mejorando procesos que incrementen la productividad; con el producto a través de I+D; con el servicio, implementando nuevas tecnologías; y por el mercado, mediante estrategias novedosas de marketing. A continuación le contamos cómo funcionan.

Algo más

- La Investigación y Desarrollo (I+D) no tiene que ser costosa

La innovación es un mecanismo altamente potente para mejorar las condiciones de vida de los países, en la medida en que ofrece novedosas y efectivas soluciones a las necesidades de la gente, propicia el crecimiento empresarial y diversifica la actividad económica.

Por ello, el Índice Mundial de Innovación evalúa cada año la situación en 130 economías con docenas de parámetros, desde la presentación de solicitudes de patente hasta el gasto en educación. 

En América Latina, Chile (46), Costa Rica (53) y México (58) presentan los mejores resultados, particularmente importantes en lo que respecta a TIC, instituciones, infraestructura, desarrollo empresarial, formación de capital humano e investigación, con apoyo de empresas internacionales de I+D.

El Manual de Oslo, una guía para recopilar e interpretar datos sobre innovación creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 1994, concibe la innovación como el uso o la generación de conocimiento para crear productos, servicios o procesos nuevos que generen valor a la empresa. 

Eso ha motivado que en Ecuador varias empresas inviertan en un departamento propio de I+D. La encuesta de Flacso revela que el 15,09% de las 6.275 empresas consultadas posee uno.

Pero si no existen las condiciones o los recursos para montar un departamento propio, es posible la cooperación con entidades de otros países para realizar proyectos de I+D+i conjuntos para alcanzar objetivos que una empresa por sí sola no podría plantearse.

- La adquisición de maquinaria que mejore el proceso productivo

La innovación también está marcada por   la adquisición de maquinaria, un esquema que requiere de inversión.

La tecnología evoluciona constantemente, de manera muy rápida, e incorporarla a la empresa es otra estrategia de innovación porque aumenta la productividad.

A través de la tecnología, la empresa adquiere nuevas herramientas para producir más y a menor costo. 

Este tipo de innovación tradicionalmente se ha asociado con cambios en los aspectos directamente relacionados con los medios de producción.

Portales especializados en innovación coinciden en que 2018 será el año en que tecnologías como la realidad aumentada, blockchain, internet de las cosas (IoT) o la inteligencia artificial se incorporen de una forma mucho más notable en la vida de las personas y, por supuesto, en las empresas.

En 2017, una muestra de ello fue la  inteligencia artificial trasladada a los chatbots y se prevé que se consoliden en sectores como la salud, el turismo, la banca electrónica, el e-commerce y la gestión empresarial, ya que los usuarios van aceptando mejor la interacción con un ‘robot’ que con una persona real.

Otro ejemplo son los digital twins,  representaciones digitales de sistemas, objetos, maquinaria, etc., muy vinculados a la industria. Los aparatos físicos, mediante sensores, otorgan información a esa representación digital.

Eso permite saber cómo reaccionarán los elementos reales a ciertos cambios, hacer simulaciones o saber si es probable que una máquina falle, alerta Álex Serrano, consultor de marketing digital. Su papel en el desarrollo del internet de las cosas será importante, por ejemplo, al mejorar la toma de decisiones en este contexto.

- Los cambios en la organización son otra fuente de innovación

Un sistema de innovación creativa interconecta: perfil personal, habilidades y procesos. Su principal virtud es que  alinea la capacidad creativa de las personas en un contexto de equipos de trabajo y de cultura de la organización. Es un sistema de desarrollo del talento en el ámbito personal y organizacional.

Así resume el asesor español Pere Rosales la metodología Simplexity Thinking, elaborada por el Min Basadur, para incentivar la innovación.

Para el presidente ejecutivo de la empresa Franz Viegener en Ecuador, Gustavo Iñurritegui, innovar no siempre requiere de grandes inversiones y en ocasiones los mismos colaboradores pueden proponer ideas innovadoras que ayuden a mejorar los procesos productivos y reducir costos operativos, así las compañías se vuelven más competitivas.

Para lograrlo recomienda formar equipos multidisciplinarios e intergeneracionales que conozcan la parte operativa y propongan soluciones de alto impacto. Para que funcione -precisa- es importante que exista una política de puertas abiertas, así los colaboradores tendrán la confianza de proponer sus ideas a los líderes.

Los cambios organizacionales también se producen en la relación con otros socios, los clientes, los proveedores y los distribuidores, ya que inciden en los costos de producción, por eso se consideran innovación.

De allí puede surgir la incorporación de nuevas tecnologías y obtener asesoría de otras empresas, del Estado, de las universidades, etc.

Un ejemplo -refieren algunos portales especializados- es Amazon por cambiar la distribución tradicional de productos con una innovadora red de proveedores, almacenes y mensajería.

- El tipo de innovación depende del ciclo productivo de su negocio

Si una empresa de celulares no produce un modelo nuevo cada año podría salir del mercado, lo que no sucede con quienes elaboran sombreros de paja toquilla. Los líderes visionarios entienden eso y crean entornos creativos y colaborativos que fomentan la innovación. Un estudio del profesor de la Universidad de Duke (EEUU), Martin Ruef, concluyó que las redes horizontales de individuos con conocimientos y experiencias diversas tenían tres veces más probabilidades de innovar que las redes verticales y uniformes.

En General Electric (GE) lo hicieron con el nombre: “Tienda GE”. Allí juntan las innovaciones de todos sus negocios y los clientes y empleados pueden mezclar elementos a su antojo para modelar soluciones específicas.

- Innovar en el marketing y abrir nuevos canales de distribución

La clave es estar muy atento a las necesidades del cliente, al desempeño del mercado. Se trata de vender el mismo producto pero con una nueva imagen o a través de nuevos canales de distribución, es crear capacidades de gestión que pueden anteceder a las capacidades de investigación y desarrollo, ya que aún son pocas las empresas que invierten en eso.

Las probabilidades de éxito son altas, debido a que la mayoría de empresas quiere asombrar a los consumidores a través del empaque, de su diseño, de su funcionalidad.

Muchas de las compras se deciden por el envoltorio. Y preguntarse a sí mismo qué es lo que me gustaría que ofrezca una empresa, puede ser muy útil para establecer un negocio innovador que satisfaga al mercado.

- Aplicaciones: los jóvenes aprovechan la oportunidad tecnológica

El investigador español Juan Fernández Sastre sostiene que las empresas son muy heterogéneas cuando se enfrentan a la innovación, pero en Ecuador la  mayoría está desarrollando   capacidades de gestión y de tipo tecnológico. Y en determinados sectores, como el campo de las aplicaciones (apps), también hay variaciones a la hora de innovar. 

El planeta vive el paradigma de las TIC y por lo tanto hay mucho progreso científico en ese ámbito: ordenadores, software, aplicaciones… Y la gente podría preguntarse por qué las empresas invierten en desarrollar nuevos productos y cualquier economista diría porque van a ganar dinero con ello.

Pero en realidad es más fácil porque hay mucho conocimiento y gente que la desarrolla.

Los jóvenes emprendedores del campo de las aplicaciones trabajan en un ámbito de oportunidades tecnológicas y bajas oportunidades de apropiación. Es decir, para desarrollar una app no debe comprar 3 o 4 patentes como sí ocurre en otros sectores. (I)

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