Valentina no perdió de vista a su papá en la práctica de Barcelona
Con Valentina en los brazos, su hija menor de 3 años, encontramos al volante de Barcelona Hólger Matamoros, esperando a su esposa Enma para que lo recoja en el estadio Monumental, después del entrenamiento de ayer. Con un bolso colgado en su hombro, del que se puede ver un biberón, Hólger cuenta un poco ajetreado -ya que su hija es bien inquieta- que ambos se levantaron a las 05:00 de la mañana, para acudir a la práctica.
“Es bien apegada a mí”, afirma el futbolista. Al preguntarle quién la cuida mientras entrena, contesta: “La siento en el banco (de suplentes) y se queda bien quietita hasta que yo salga”. Esta escena muestra cómo es cuando está fuera de las canchas la figura del partido en la victoria del “Ídolo” ante El Nacional (2-0), cuando tuvo la oportunidad de marcar su tercer tanto para el equipo amarillo, del que es hincha confeso.
“Desde chiquito era mi ilusión jugar aquí... Me siento halagado de pertenecer a este grupo, pero siempre mantengo la misma humildad desde que llegué. Tuve muchas opciones antes de venir acá”, recuerda el jugador, quien llegó el año pasado del Deportivo Cuenca, donde militó por seis temporadas.
Estar en la escuadra “canaria”, con la que tiene contrato hasta diciembre de 2013, fue lo mejor que le ha pasado, según asegura; y es en donde también aspira a cumplir su deseo: levantar la copa del torneo local con el “Ídolo”, al que vio por última vez campeón cuando tenía 12 años.
Sobre el rendimiento que ha demostrado el equipo en el actual campeonato, detalla que el técnico Luis Zubeldía es un “buen profesor” y que su planteamiento es “mantener la pelota, que nos mostremos siempre ordenados y aprovechar las oportunidades de marcar”.
A propósito de su último encuentro, ante los “militares”, manifiesta que estaban preparados y, con las indicaciones del “Príncipe”, todo salió como esperaban.
“Tenemos a un gran técnico (Zubeldía) que nos ha brindado la confianza, nos ha dado muchos consejos... en la charla técnica nos dijo que si hacíamos un gol de tiro libre se lo dediquemos a él; y si era de jugada, lo festejemos con los compañeros”, explica Matamoros, sobre su efusiva celebración del gol en el estadio Atahualpa, en la cual el estratega lo alzó en sus brazos.
Con respecto a la división en el grupo, que se había comentado en camerinos, asegura que nunca existió y que inclusive el problema económico que padecían ya está superado. “Creo que cuando el equipo está mal quieren cogerse de todos lados... nosotros sabemos que tenemos un gran grupo, nunca ha existido división y confiamos en cada uno de nosotros para salir adelante”.
En ese momento llega su cónyuge y Matamoros se despide, no sin antes mostrar los tatuajes en honor a sus dos hijas. El de Valentina en su brazo izquierdo y el de Heily, de 7 años, en su hombro.
Descartan a Oyola y Caicedo
Las principales novedades en el elenco “canario” son las ausencias por lesión de Matías Oyola y de Luis Caicedo para el choque de mañana con el Manta, en el Jocay. “Mañana (hoy) defino el equipo titular para enfrentar al Manta”, indicó Zubeldía.