Un Mul-T-Lock de acero inoxidable
A la distancia se reconoce su figura y sus movimientos bajo el arco, pero para nada se sospecharía que él tiene 42 años (8/09/1969). El nuevo arquero de Independiente, Johvani Ibarra, llegó a esa edad en septiembre pasado y por ahora no tiene una fecha definida para retirarse.
Hace dos semanas se integró a la nómina del equipo del Valle, junto con el paraguayo Librado Azcona y el juvenil Johan Padilla, y cumple al pie de la letra la extenuante pretemporada de su nuevo equipo, bajo las órdenes del preparador físico colombiano Oswaldo García.
“Me siento vigente y con todas las ganas para continuar jugando. Si no fuera así, no estaría en una pretemporada tan fuerte como la que estamos cumpliendo. La estoy pasando muy bien con todos los muchachos”.
Este año cumplirá su temporada número 23 en el fútbol ecuatoriano, después de debutar con El Nacional en 1989 y pasar por Olmedo, Quito e Imbabura. “Llegar a Independiente es como haber empezado de nuevo en el ‘Nacho’. Se han creado muchas expectativas sobre mí y espero cumplir un buen papel en el equipo”.
Johvani cumple con las tres jornadas, desde muy temprano (07:00), luego se alista para la segunda a las 11:00 y termina a las 17:00. “Lo más duro es empezar el año con cargas a nivel físico. Pero sé que es necesario para tener una buena base, para aguantar todos los partidos del año”, explicó.
Le agradaron las instalaciones que posee su nuevo equipo y además la facilidad de acceso para él, ya que reside a 5 minutos del lugar, en el Valle de los Chillos. Si bien no cuenta con una fecha específica para su retiro, reconoció que sí tiene planificado lo que hará luego de dejar la actividad profesional: será preparador de arqueros. “Tengo deseos de seguir mostrándome y trabajar mucho”.
Pero ese hecho ya se adelantó y hoy ya cumple esa función delegado por la dirigencia en el club. “Aquí nos ayudamos entre todos los arqueros y eso me sirve a mí para pulir aspectos como entrenador de arqueros”, dijo “Mul-T-Lock”, como lo conocen sus amigos y que por los años que lleva en el fútbol ha demostrado ser de “acero inoxidable”.
El imbabureño llegó al club con la aprobación del director técnico Carlos Sevilla. Él también lo recomendó para jugar en el Quito en la temporada 2008, cuando consiguió la tercera corona del equipo; 40 años después del último título de los “chullas”.
Después alcanzó el bicampeonato en 2009, pero antes ya supo lo que era salir campeón con la camiseta de El Nacional en 1992, 1996, 2005 y 2006. Ahora es consciente de que con su club actual es complicado alcanzar esa distinción, pero mira con buenos ojos el equipo que se formó para afrontar el torneo que se inicia el 5 de febrero y espera que Independiente no pase apuros para salvar la categoría, como sucedió en la temporada pasada.
Con 23 años de carrera sobre sus hombros espera ser también un líder positivo en el plantel, por su experiencia, además de un aporte en la cancha. “No quiero que los jóvenes me vean como un jugador viejo, sino como uno que tiene recorrido y que ellos deben rebasar”.
Ha alargado su carrera hasta los 42 años por su buen estado físico, ya que nunca sufrió una lesión de gravedad y se cuidó mucho en su vida personal. “He sido precavido con mis actividades personales y responsable con los entrenamientos. De otra manera no podría estar aquí, jugando a mi edad”.
Con Azcona, que fue el golero titular durante la temporada pasada, comenzó una gran amistad desde que se sumó al grupo y será con él con quien compita por la titularidad. “Tenemos que ir en una sola dirección y entrenar mucho. Espero que nuestra amistad perdure con el trabajo”, aseguró.
Una nueva temporada está a punto de empezar para Ibarra. Frente a sus ojos han pasado jugadores, técnicos, árbitros, atajadas, errores y campeonatos. El final de su carrera es incierto para él. Cuando empezó en el fútbol, en 1989, lo hizo sin fecha de caducidad. Johvani es el jugador de mayor edad en el campeonato, pues Jacinto Espinoza, que hasta el año pasado jugó en el León Carr, un equipo de Pelileo de segunda, es dos meses menor que él.