Tigre pide que el título de la Sudamericana le sea quitado al Sao Paulo
Mientras los jugadores e hinchas del Sao Paulo celebraban la consecución del título de la Copa Sudamericana, la noche del miércoles pasado, parte de la delegación del argentino Tigre se dirigía a la comisaría de la Policía brasileña para denunciar que fueron víctimas de una “emboscada” en el estadio Morumbí.
Ante la agresión que aseguran los argentinos que sufrieron, los directivos de Tigre indicaron que pedirán a la Conmebol que le sea quitado al Sao Paulo el título del torneo surcontinental. “Fue una vergüenza lo que ha pasado aquí, la Conmebol debe enterarse de todo. Hemos pedido la suspensión del partido porque no había seguridad para seguir. El título del Sao Paulo es ilegítimo y se lo deben quitar”, indicó Sergio Massa, director de fútbol de Tigre.
El directivo expresó que su club acudirá hasta la última instancia para que el campeonato del equipo brasileño sea invalidado. “A nadie le gusta ganar un partido en la justicia, cambiar la cancha por las oficinas de derecho, pero no nos queda alternativa. No puedo aceptar armas apuntadas hacia el pecho de mis jugadores”, aseveró Massa.
Ante la polémica final del torneo surcontinental, Néstor Benítez, portavoz de la Conmebol, manifestó que el organismo regional ya abrió un sumario informativo para esclarecer los hechos. “La Confederación está investigando como corresponde este caso, que tanto daño le ha causado al fútbol sudamericano”, comentó Benítez, quien mencionó que por el momento no existen novedades sobre el tema.
La Conmebol decretó ayer la apertura de una investigación y anunció que está empeñada en reunir todos los informes de las autoridades de ese encuentro y de los equipos involucrados, así como los elementos de los hechos ocurridos.
Debido al reclamo de Tigre ante la Conmebol, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anunció que respaldará a su afiliado.
Miguel Silva, secretario de la entidad, dijo: “Vamos a acompañar al club Tigre como a cualquier equipo argentino, de acuerdo a la protesta o la presentación que eleve ante la Conmebol”. El directivo de la AFA destacó: “Nuestra institución no puede protestar o presentar una nota a la Conmebol. Sí acompañar a Tigre, y lo vamos a hacer, siempre en todo lo que tiene que ver con el fútbol argentino, ya sean clubes o jugadores, pero en este caso la decisión final la tiene la Conmebol”.
Néstor Gorosito, DT de Tigre, afirmó al regresar a Buenos Aires que nunca vivió algo parecido a lo que ocurrió en el Morumbí y que “hay filmaciones” de los incidentes. “Nunca viví algo así. El uruguayo Eugenio Figueredo (secretario de la Conmebol) vio la sangre, el cuarto árbitro también vio todo. Se filmó lo que estaba pasando y no hicieron nada”.
Gorosito añadió: “Les pegaron a los jugadores. A Damián Albil (portero) le apuntaron con un arma. Algunos estaban con contusiones, otros cortados”.
El centrocampista Martín Galmarini también dio a conocer su versión de lo sucedido en el encuentro: “Tomamos la decisión correcta de no salir a jugar el segundo tiempo. Teníamos la sensación de que podía pasar cualquier cosa. Nos sentíamos a la buena de Dios. Una cosa es un palazo, pero otra es cuando ya sacan un arma”.
Por su parte, José Francisco Manssur, abogado y asesor de la presidencia del Sao Paulo, aseveró que Tigre inventó los incidentes porque “temía una goleada”.
Manssur comparó la actitud de Tigre con la farsa del golero chileno Roberto Rojas, que en la eliminatoria de la Copa del Mundo 1990, cuando Chile perdía 1-0 contra Brasil, fingió ser alcanzado por un objeto lanzado desde la tribuna del Maracaná, cuando en realidad se cortó con una hoja de afeitar que llevaba escondida en un guante para interrumpir el juego, alegando falta de seguridad.
“¿Se acuerda de Rojas? Ya había determinado que en algún momento se cortaría, como quedó comprobado después de la investigación de la policía y de la FIFA. En la Sudamericana, Tigre perdía por 2-0 y temía una goleada en el segundo tiempo. Las imágenes de la televisión son claras. En el campo, intentaban crear confusión porque sabían que no iban a agarrar la pelota. Querían anular el juego y por eso prefirieron quedarse en los vestuarios en lugar de encarar el segundo tiempo”.