Su férrea disciplina en el trabajo, incluso fuera de la cancha para constatar el “ensayo invisible” de los jugadores, sumada a su continua preparación académica y futbolística, son los atributos que la dirigencia de El Nacional observó para encargar la dirección técnica del club a Carlos Sevilla.

El imbabureño estará al frente del plantel al menos por lo que resta de la temporada actual. Espera contar con su incondicional amigo y compañero Fernando Baldeón como asistente técnico, tal como lo hizo en su último proceso en el Valle de Los Chillos con el Independiente.

Esta es la tercera ocasión en que el profesional de 62 años comanda al elenco de las Fuerzas Armadas. Y como en las dos anteriores, llega en un momento crítico. 

En 1989 el cuadro era noveno y en el 2004 octavo. En ambas logró enrumbar al equipo hacia las primeras ubicaciones. Hoy es último en la tabla de posiciones con  3 puntos (-8). “Sabemos que existe un bajón en los jugadores. Voy a hablar con ellos y si es necesario trabajar en tres jornadas (mañana, tarde y noche) lo haremos porque debemos sacar adelante a este plantel”, indicó Sevilla, quien ayer por la mañana finiquitó los detalles del contrato.

El entrenador se ha convertido en los últimos 4 años en un “comodín salvador” al que han recurrido algunos equipos para salir de incómodas posiciones.

Lo hizo en 2010 cuando llegó al Deportivo Quito, tras los malos resultados que determinaron la salida del argentino Rubén Insúa. En cuatro meses logró inscribir al elenco quiteño en el tercer cupo para la Copa Libertadores.

Pese a ello no fue ratificado como adiestrador por diferencias económicas y de criterios con los directivos de turno.

En abril de 2011 nuevamente su experiencia llegó para detener una mala racha que tenía al  elenco de Independiente del Valle en la última ubicación, y con serio peligro de descender.

Al término de ese  año, logró que el plantel conservara la categoría y se ratificara  su proyecto. La temporada pasada armó el equipo con jóvenes de la cantera y tras un inicio brillante, con 11 jornadas como líder, no consiguió clasificarse a ningún  torneo internacional.

Eso provocó un bajón anímico en los jugadores que no lograron levantarse y, al final, Sevilla  abandonó la institución en septiembre del 2012 por las mismas razones por las que llegó: falta de resultados.

Dos meses después viajó a Madrid (España) para ser parte de un curso de actualización deportiva. En su periplo recibió la visita del vicepresidente de El Nacional, Antonio Puga, quien le planteó la alternativa de  hacerse cargo del plantel, que para ese entonces corría el riesgo de descender.

Por diferencia de criterios con los directivos, no logró concretarse su vinculación; pero hoy todos esos detalles quedaron saneados y está listo para un “nuevo desafío”.

Sevilla es uno de los estrategas nacionales mejor preparados del momento, con  una extensa y laureada hoja de vida que incluye dos títulos nacionales con Emelec y Deportivo Quito. En 1999 dirigió a la Selección ecuatoriana, con la que alcanzó el título de la Copa Canadá, en 1999.

Sin embargo todos esos logros no han sido suficientes para que se consolide en un proceso. “En Ecuador es muy complicado que la dirigencia tenga paciencia con un compatriota. Hay mucha presión para exigirle más que al extranjero”, confesó en su momento Santiago Morales, gerente del Independiente.

En su única incursión como DT fuera del país no tuvo fortuna. Dirigió al monarca peruano Cienciano del Cuzco en el 2005, solo por 36 días, ya que el elenco quedó eliminado de la Copa Libertadores al ser goleado 5-1 como local por el Chivas de Guadalajara.