Era muy difícil que Riquelme volviera a ponerse la 10, volviera a salir a la Bombonera, volviera a demostrar su clase... Al menos, en el corto plazo. La famosa fascitis plantar, lesión que ya duele escucharla por Casa Amarilla, no lo deja en paz.

Mientras el resto del plantel se entrenaba ultimando detalles para el duelo contra Racing, Román ni se cambió y se fue del club para hacerse estudios porque la planta del pie le sigue doliendo bastante.

“Es como tener un vidrio adentro del pie”, dijo al rotativo argentino Olé, el 10 hace menos de un mes. Un vidrio que no quiere salir.

La herida nació en octubre del 2009, en el partido en el que Boca venció a Chacarita  3-0, pero se llevó una preocupación con la lesión de Riquelme. Sobre aquel día, el enganche contó: “Le dije al médico que se me había vencido el botín, pero él me dijo que me había roto el pie”.

Juan Román se infiltró dos veces, pero no hubo respuestas positivas, por lo que no le quedó más remedio que bajarse del partido del domingo. Su ausencia se confirmó al ver que no salió a entrenarse con el resto de sus compañeros, sino que se trasladó hasta un centro médico para realizarse más estudios en la zona en cuestión.