Sin exageraciones, el ciclismo es su deporte favorito y una de sus mayores pasiones. Lo confesó tras su retorno a Quito luego de coronarse campeón panamericano de ruta Sub-23 en el certamen de esta disciplina,  que se realizó el fin de semana  pasado en México.

Richard Carapaz, discípulo del extinto Juan Carlos Rosero, es ya una de las nuevas figuras del ciclismo ecuatoriano y su ascenso es progresivo.

Su gusto por las bicicletas empezó cuando cumplió 15 años. Lo hizo bajo la guía de Rosero, quien lo formó y le enseñó los secretos de este deporte, en un marco de perseverancia y disciplina. Justamente esas dos cualidades caracterizan a Carapaz.   

Luego de irrumpir en el ciclismo nacional no tardó mucho en conseguir réditos. En dos oportunidades se proclamó campeón nacional juvenil en las modalidades contrarreloj y ruta. Luego obtuvo medallas de bronce en persecución individual y madison (relevos). Adicionalmente, ha sido uno de los abonados permanentes en las vueltas ciclísticas  a la República.

El ciclismo colombiano  lo  tuvo como uno de sus refuerzos en el equipo Canapro, al que llegó por gestión de su ex entrenador. En ese país destacó en varias pruebas hasta el punto de ser reconocido por la élite de este deporte. “Esta es mi pasión, la cultivé desde pequeño porque me gustó mucho la bicicleta y es la disciplina en la que más sobresalgo”, anotó el carchense, próximo por cumplir 20 años.

Actualmente su entrenador es Pablo Caicedo, quien constituye un segundo episodio en su trayectoria deportiva,  en la que destaca la medalla de oro panamericana como uno de sus más importantes logros.

Saborear “las mieles del triunfo” lo llena de orgullo y satisfacción “por lo difícil que resulta superar a ciclistas de buen nivel”, pero aseguró que también hay momentos tristes, como aquellos cuando se cae de la bicicleta, cuando pedalea con sol o lluvia. Gracias a esas pruebas, aseguró, “se puede lograr lo que se propone”.  

Se integró hace poco tiempo al equipo RPM por llamado exclusivo del también ciclista José Ragonessi, quien antes de autorizar su contratación siguió su trayectoria y siempre lo tuvo en sus planes. “Al ver que era una propuesta muy buena escogí venir a  RPM, porque mientras gano un  sueldo, se abren otras puertas”, analizó Carapaz.

Pese a que Byron Guama y José Ragonessi son ciclistas que tienen peso en el equipo, “en la carretera y como compañeros todos somos lo mismo, a pesar de los triunfos que cada quien tenga”.

La Vuelta a Guatemala fue la primera carrera del equipo RPM en el ranking de América este año. Carapaz compartió equipo con Segundo Navarrete y Byron Guama. Esta prueba fue precisamente la que le inyectó mucha motivación para competir en el panamericano de Sacatecas-México, en donde el equipo Sub-23 y el de élite causaron una muy buena impresión.

Compartir estudios y los entrenamientos diarios de ciclismo no es una tarea muy complicada. Graduado como bachiller, su meta académica es la lingüística y alcanzar un título en idiomas.