Liga Deportiva Universitaria de Quito perdió la final de la Recopa ante Fluminense, la pasada noche del jueves 29 de febrero de 2024.

Esa caída en el estadio Maracaná dejó un par de lecciones para los albos. Fueron errores que, al menos de lo deportivo, no deberán repetir en los siguientes compromisos.

El primer error, cortesía de la directiva, es la contratación de un entrenador que no tenía la licencia Conmebol. Josep Alcácer no pudo dirigir desde el banquillo y tuvo que encargarlo todo a Adrián Gabbarini. Sí, estuvo en la zona técnica, pero como delegado. Es decir, no podía hacer su trabajo.

El segundo error, también cortesía de los dirigentes, fue no habilitar a todos los futbolistas. Facundo Rodríguez no pudo jugar porque simplemente no fue acreditado. Esa fue una gran ventaja porque él fue el principal socio de Ricardo Adé durante la temporada anterior.

En la cancha, el resultado se explica desde varias aristas. Según el entrenador Janio Pinto, casi siempre pasa lo mismo: un equipo que sale a buscar el empate termina perdiendo.

“La verdad es que mucha gente pensó que Fluminense no iba a tacar como lo hizo, pero fue la respuesta de un equipo que quería ser campeón. Liga de Quito apostó mucho por la igualdad. A ratos tuvo mucha regularidad, pero casi siempre pasa: pierdes cuando solo sales a empatar”.

La diferencia, dijo, estuvo en los cambios. Los ingresos en Fluminense tuvieron impacto inmediato en su juego ofensivo, mientras que Liga de Quito no pudo reaccionar.

Otro pecado fue no salir a liquidar la serie cuando se quedó en superioridad numérica, por la expulsión de Kennedy. Le faltó ambición.

Para el entrenador español, Josep Alcácer, merecieron un mejor resultado. De todas maneras, el entrenador de Liga de Quito se quedó satisfecho con lo que mostró el equipo.

Él se fijó en las nóminas. “Los tres cambios de ellos deben sumar más de 50 títulos entre ellos. Estamos hablando de una plantilla de mucho nivel. Evidentemente le dieron mayor potencial”.