Después de quince días del mejor tenis del mundo sobre canchas de arcilla, culminó el domingo pasado el torneo de Roland Garros, donde por sexta ocasión en los últimos siete años se coronó campeón el español Rafael Nadal.   

Tal vez muchos no esperaban que Nadal defendiera su título este año, mucha expectativa se había creado alrededor del serbio Novak Djokovic, quien no conocía la derrota desde el año pasado, y llevaba una racha invicta de 41 partidos en este 2011, incluyendo cuatro triunfos sobre Nadal, siendo dos de ellos sobre la superficie preferida del de Palma de Mallorca, la arcilla roja , en los torneos Masters 1000 de Madrid y Roma.

Y Nadal no llegaba a Roland Garros como  hubiera querido. Bastante afectado en su parte anímica, incluso declaró en una entrevista que las dos derrotas sobre polvo de ladrillo contra Djokovic habían golpeado fuerte su confianza, es decir no llegaba en su mejor forma psicológica al torneo más importante del año en este tipo de canchas.

Esto fue muy palpable en su partido de primera ronda frente al gran sacador norteamericano John Isner, en el que Nadal, mostrando mucho nerviosismo, fallando pelotas que normalmente para el son de rutina, especialmente con su golpe de derecha, se vio en desventaja de dos sets a uno para finalmente, apelando más a su fortaleza mental que a su tenis, darle vuelta al encuentro y terminar ganando en el quinto set.

Pero así son los grandes campeones, y posiblemente eso era exactamente lo que Nadal necesitaba, una prueba complicada en su debut, para templar los nervios, e ir partido a partido  mejorando todas las áreas de su juego, su servicio, su derecha, su movilidad y sobre todo ir recuperando esa confianza, esa mentalidad ganadora, que infunde respeto y lo hace prácticamente imbatible en este tipo de piso y sobre todo en este torneo.

A “Rafa” le costó encontrar su mejor juego, y  en segunda vuelta ante su compatriota Pablo Andújar, tuvo que batallar por 3 horas 18 minutos, otra vez con muchas dudas para lograr la victoria que lo colocaba en tercera ronda. 
Su rival en esta instancia, el croata Antonio Veic, no fue mayor obstáculo y Nadal lo superó cómodamente en sets corridos.

En octavos de final, el  experimentado croata, Ivan Ljubicic, solamente complicó a “Rafa” en el primer set, lo que significó nuevamente la victoria del español tres sets a cero.     

En cuartos,  el sueco Soderling  parecía un rival temible para Nadal,  pues es el único que ha logrado salir victorioso en Roland Garros contra el mallorquín, pero “Rafa”, en lo que era hasta ese momento su mejor partido del torneo, lo venció 6– 4 , 6–1, 7–6.

El adversario en semifinales era el escocés Andy Murray, un jugador que domina todos los golpes y efectos, muy inteligente tácticamente, pero cayó en tres apretados sets 6–4, 7–5, 6–4 . De esta manera Nadal se plantaba en la final por sexta vez en siete años, algo verdaderamente sorprendente.

En la parte baja del cuadro, tanto Roger Federer como Novak Djokovic habían llegado a las semifinales sin muchas complicaciones, y ambos serían protagonistas de un gran partido,  en el que tras cuatro sets, dos de ellos decididos en tie–break, y  3 horas, 39 minutos de gran tenis, Federer dio la sorpresa (¿se puede llamar así a un triunfo de Roger?), e infligió al serbio su primera derrota del 2011, demorando así su inminente ascenso a la cima del ranking mundial. 

En la final entre los dos jugadores que se han disputado la supremacía del tenis mundial en los últimos años, el favorito era Nadal, quien aventajaba a Roger por 11 victorias a 2 en canchas de tierra batida y cuatro partidos a cero en Roland Garros. 

Y en esta cuarta final entre ambos, el ganador sería otra vez Nadal,  un gran partido,  y después de 3 horas  41 minutos, levantaba la Copa de los Mosqueteros por sexta ocasión y entraba al libro de récords igualando a Bjorn Borg.

Haciendo un análisis, yo pienso que Nadal es un superdotado, no solo en la parte física por su fortaleza, resistencia y velocidad, pues nadie logra darle tanta rotación a la pelota. También lo es en la parte  táctica, ya que es muy inteligente, sabe aprovechar al máximo sus virtudes y explotar los puntos débiles del rival, pero lo es especialmente en la parte mental, su fortaleza en ese aspecto es lo que lo diferencia del resto.

Tengo una anécdota sobre ese tema; hace varios años en un torneo en Europa, conversando con un amigo, el ex  tenista ibérico, Francis Roig, éste me dijo: “en España hay un chaval que tiene 14 años y va a ser # 1 del mundo, se llama Rafael Nadal”. Recuerdo que le contesté : ¿va a ser muy bueno?, y él me repitió: “va a ser el mejor del mundo”. Y yo le dije: Francis, pero es muy difícil pronosticar eso, ¿en qué te basas para decir eso? ,  ¿qué es lo que lo hace tan especial? Y su respuesta fue: su mentalidad , su actitud.

Y continuó, “una mentalidad así se ve cada 20 años, yo creo que desde la época de Bjorn Borg no veía algo igual”. Y vaya que no se equivocó. En mis años de tenis nunca vi una predicción  tan arriesgada, tan audaz, pero al mismo tiempo expresada con  tanta certeza, con tanta convicción; él no tenía la menor duda de que eso iba a suceder tarde o temprano, era solo cuestión de tiempo. Me impactó tanto, que nunca me olvidé de la conversación, ni del nombre de este supuesto niño prodigio.

Para completar la historia, Francis Roig es desde hace ya varios años la mano derecha de Toni Nadal, el tío y entrenador de “Rafa” , y los acompaña a muchos torneos, como asesor, y segundo entrenador.

Por otro lado,  “Rafa” acaba de alcanzar la marca de Borg de seis títulos individuales en Roland Garros que se mantenía desde hace treinta años, y que hasta hace pocos años parecía imposible de alcanzar. Nadal la alcanzó, y las comparaciones ya comenzaron: el español tiene el increíble registro de 45 partidos ganados y solo una derrota (en octavos de final el 2009 frente al sueco Robin Soderling).

Por su parte, Borg tiene una espectacular marca de 49–2 en París. Borg posee 11 torneos de Grand Slam a su haber, Nadal 10, pero esa parece ser una marca alcanzable y superable, pues el español recién cumplió los 25 años el 3 de junio.

El sueco se retiró prematuramente a los 26 años después de perder la final del US Open contra John McEnroe.  
Nadal es probablemente el mejor tenista de la historia sobre arcilla, y está, definitivamente, entre los cinco mejores de todos los tiempos, si incluimos las demás superficies. Ahora  habrá que esperar el final de su carrera para ver si logra superar en títulos de Grand Slam no sólo los 11 de Borg y Lave, los 12 de Roy Emerson, los 14 de Pete Sampras o los aparentemente inalcanzables 16 que tiene por ahora el gran maestro suizo Roger Federer, el mejor de la historia hasta el día de hoy.

Mucho va a depender de que “Rafa” se mantenga libre de lesiones, con la motivación intacta, y que los rivales se lo permitan, ya que jugadores como Djokovic, Federer, Murray, Del Potro, y quién sabe qué  otra joven estrella, uno de esos jugadores que aparecen en el momento menos esperado, se lo van a poner muy complicado y buscarán bajarlo de la cima, de la misma manera que lo hizo él cuando Federer parecía invencible.