Pese a las limitaciones, un grupo de navales halló la forma para representar al país en el Torneo Internacional de Pentatlón, que se disputó durante abril pasado en Río de Janeiro, Brasil. A este certamen, la escuadra ecuatoriana llegó en calidad de invitada.

José Pazmiño, Andrés Novillo, Francisco Valencia, Andrés Rosado y John Cárdenas integran el equipo de esta disciplina, la cual  se encuentra creciendo de a poco en Ecuador, aunque en otros países se practica desde hace más de 30 años.

Junto a ellos están los entrenadores José Herrera, Byron Vera y el capitán Carlos Garzón, jefe del equipo. Cinco desafíos comprende esta actividad: pista de obstáculos, natación de salvataje, natación utilitaria, habilidades marineras y cross anfibio.

“La prueba comienza en la pista de carreras, el récord es de 1:54 segundos”, manifiesta Rosado, uno de los integrantes de la delegación “tricolor”. Agrega que  pasar por debajo o saltar sobre  mesas, subir por cabos y sortear otros 10 obstáculos, además de arrastrarse por la arena, como realizar actividades de  infiltración y reacción, son las trabas que deben superar. “Todo eso forma parte de la vida militar”.

Luego se prosigue con natación de salvataje, que consiste en subirse a un bote, vencer dificultades en slalom, sacar un grillete y ubicarlo en otra boya hasta regresar. Acto seguido, llega el turno para la natación utilitaria. El militar se lanza a la piscina para nadar 25 metros, luego se sumerge simulando  salvar a una persona; en este caso se emplea  un muñeco pesado, que hay que sacar del fondo de la pileta.

Posteriormente, existe otra prueba:  remar  300 metros. El récord es de 53 segundos.

El último tramo es de cross anfibio. En esta actividad se compite con un fusil HK a cargo y algunas pesas en el cuerpo. Se corre un kilómetro y, al llegar a la meta, se disparan cinco tiros que, obligatoriamente, deben dar en el blanco, caso contrario, el atleta recibirá una penalización de 100 metros. Otra vez se llega a la alberca y se rema 100 metros sobre el bote.

Al topar la orilla, el naval  corre y simula lanzar granadas. “La idea es que tengas dirección en el lanzamiento”, explica Rosado. Si no se lanzan las cinco bombas, se debe remar 400 m con penalización.

“El pentatlón requiere de una intensa preparación física y técnica, no es algo fácil”, indica Pazmiño. Por eso  los ecuatorianos en su primera participación a nivel internacional consideraron que fueron a Brasil a “aprender”.

“Entrenamos en Guayaquil y Salinas. Lamentablemente, no contamos con el apoyo necesario, ya que no tenemos las pistas que tienen allá. Al menos en Ecuador esto es un deporte nuevo; en Brasil, por ejemplo, cuentan con toda la infraestructura”, añade Rosero.

A pesar de las situaciones en contra, como país lograron ubicarse en cuarto lugar entre siete países participantes, gracias a la medalla de oro que obtuvo Andrés Novillo, en la modalidad cross anfibio, en la que superó al último campeón, el alemán Matthias Wesseman.

Actualmente, la preparación del quinteto ecuatoriano es ardua porque tiene en mente competir en el campeonato que se disputará en Suecia en agosto próximo. “Esperemos que la ayuda llegue. En el torneo anterior las FF.AA. nos colaboraron con los pasajes y los viáticos.

Ojalá que podamos competir, ese es nuestro  anhelo”, indica. Los pentatletas confían  en que  mejorarán en Suecia la participación que tuvieron en Brasil, donde se llevaron el trofeo como el equipo con “Mejor espíritu de cuerpo” (el equivalente al Fair Play en fútbol).