Paralímpicos son parte de la tradicional carrera
Las instrucciones de su entrenador Edmundo Hidalgo le provocan un estado de tensión por su exigencia. Sentado sobre el sillín adecuado a sus medidas, sus manos forradas con guantes especiales toman con fuerza los aros de metal de su silla de ruedas de competencia.
La pista de material sintético del estadio Olímpico Atahualpa es el escenario en donde el atleta Bayron Gabriel López Burgos, nacido en El Empalme, provincia del Guayas, hace 34 años, prepara su participación en la próxima edición de la carrera pedestre que organiza el vespertino quiteño Últimas Noticias.
Bayron entrena una o dos sesiones diarias y utiliza el carril cuatro para no obstruir los entrenamientos de otros deportistas.
Un lamentable accidente de tránsito -al conducir una motocicleta a gran velocidad se impactó contra un automotor- lo tiene atado a una silla de ruedas, producto de la amputación de su pierna izquierda. “Fue algo que cambió mi vida”.
Luego del accidente comenzó a interesarse por la práctica del deporte en silla de ruedas. En 1996 hizo su aparición en pruebas para discapacitados y tres años más tarde corrió por vez primera la prueba de Últimas Noticias en 2002.
Emigró a los Estados Unidos en busca de una oportunidad y se vio precisado a trabajar para poder sobrevivir; se desempeñó como chofer en un carro automático y también fue asistente de chef, pero las cosas se pusieron difíciles y debió regresar al país.
El atleta expresa su complacencia por contar con un implemento imprescindible para competir: su silla de ruedas, fabricada con un material de aluminio de avión y aros de carbono para hacerla más liviana. Su costo gira alrededor de los 6 mil dólares. “El peligro y la dificultad para correr son los huecos en las calles, los muros, automotores o el cruce de personas, pero una buena organización puede evitar estos inconvenientes”.
En un merecido descanso luego de una exigente práctica en una silla de ruedas convencional, debido a que la de competencia estaba en reparación, sorprendimos a Jesús Vélez, joven de 16 años, quien figura entre los seleccionados para los Juegos Paralímpicos de Argentina y al que Bayron López le tiene mucha fe como uno de los deportistas que llegará muy lejos.
Comenzó a competir en silla de pedal y gracias al préstamo de López, ahora entrena en silla de competencia. Su incapacidad nació con él, producto de un tumor en la columna vertebral. Pese a la operación a la que fue sometido, no logró su recuperación. “Dicen que ya no puedo caminar”, expresa con cierta rebeldía. Estudia en un colegio de su lugar de origen y espera culminar el bachillerato en poco tiempo, pero por el momento se hospeda en casa de López.
Hólger Vélez, coterráneo de Bayron y Paúl, también es otro de los atletas paralímpicos que aspira a correr la mencionada prueba pedestre. Una prótesis en su pierna derecha es el resultado de un lamentable accidente con su motocicleta al colisionar con un vehículo conducido por un ciudadano en estado de ebriedad.
No es nuevo en la práctica del deporte, ha sido dirigido por el entrenador Fernando Espinosa. Desde 2008 comenzó a participar en silla de paseo y hace dos años lo hace en una silla olímpica. Es bachiller, frisa los 23 años, soñaba con ser militar, sin embargo, aquel accidente lo impidió. “Las cosas hay que cogerlas por el lado bueno, si no estuviera en el deporte paralímpico, no sé que rumbo hubiera tomado”.
Se desempeña como bodeguero en Calzado Aguilar, cuyo propietario le concede las facilidades para que desarrolle la actividad deportiva y, además, le proporciona todo el apoyo, incluyendo vivienda. “Con lo que gano me alcanza para vivir”, manifiesta Hólger.
En dos oportunidades ha corrido la prueba; no pudo concluir su tercera participación porque sufrió un volcamiento en la bajada del Machángara. No funcionaron los frenos y se impactó contra el puente.