Paolo Guerrero no jugará en César Vallejo por miedo a los extorsionadores. A pesar de que la cláusula de rescisión supera el USD 1’000.000, el delantero quiere irse a vivir a otro país.

¿La razón? El intento de extorsión y los mensajes amenazantes que llegaron a su madre.

“No iré a César Vallejo. Tengo dos hijos pequeños. Hoy por hoy nadie se puede sentir tranquilo en el Perú. Nunca me voy a sentir tranquilo, a pesar de que he vivido en ciudades peligrosas. Me chocó mucho recibir amenazas”, dijo en América Noticias.

Todo empezó el 2 de febrero pasado, cuando fue anunciado por el club César Vallejo. Ese mismo día llegó el primer mensaje a su madre.

“Habla tía Peta, mándale este recado a Paolo que acá el norte es nuestro, y que vaya acomodándose a nuestro ritmo. Queremos que nos haga una colaboración a la organización, caso contrario así este con 10 guardaespaldas lo vamos a topar y luego se lamentará de las consecuencias”, fue el primer mensaje que fue revelado por el delantero tras la denuncia que hizo ante las autoridades.

Pocos minutos después cayó el segundo. “Somos la organización que está detrás de la mayoría de asesinatos y secuestros en Trujillo. Depende de Paolo si quiere que su estadía en Trujillo sea pacífica o aterradora”.

Ante un intento de un amigo por interceder ante las bandas, solo recibió más amenazas. Inclusive, de un secuestro para poderle pedir mucho más dinero.