na combinación de tenis y racquetball sería la definición más cercana de lo que es el pádel, un deporte muy poco difundido en nuestro país por la falta de espacios idóneos para su práctica.  

Su origen es europeo, pero fue Argentina el sitio donde se popularizó y de allí llegó hasta Ecuador hace aproximadamente cuatro años. Quito es una de las pocas ciudades que cuenta con las canchas reglamentarias, cuya extensión es de 10 m x 10 m.

En los sectores de Guayllabamba y Llano Chico existen espacios para esta disciplina, así como en Guayaquil. Pero es el club Sunset, al noroccidente de la Capital, el lugar donde más deportistas asisten para la práctica. Ahí juegan alrededor de 75 paletistas que continuamente entrenan y afinan sus golpes en el rectángulo.

La mayoría proviene de otras disciplinas, incluso del squash, por lo que el aprendizaje es aún más sencillo. Además, es por el momento el único lugar en el que existe competencia oficial.

Cada año se prepara un torneo abierto para damas y varones que se cumple en horario diurno y nocturno por las facilidades de iluminación de la cancha. Además, hay un proyecto para tener dos escenarios más, totalmente cubiertos de vidrio y con techo.

“Así se jugaría incluso con una lluvia torrencial”, refiere Mario Villacreses, presidente del club. A los practicantes este deporte les da la oportunidad de estar junto a sus familias, ya que pueden competir padre e hijo. “Es una experiencia muy enriquecedora, porque desde pequeños vamos inculcando en ellos la afición por la disciplina”, refirió Carlos Dejanon, quien  practica esta actividad desde hace 3 años.

El implemento que sirve para pegarle a la bola se denomina pala y de ahí el nombre del deporte. Está fabricado en fom eva, un material ultra liviano y a la vez resistente que presenta orificios que ayudan a romper el viento con capas de policarbonato y fibra, lo que le da mayor durabilidad.

El peso de la pala utilizada por los hombres adultos es de 175 gramos con una longitud de 47 cm y 38 mm de espesor. En niños y damas las dimensiones son más pequeñas.

La cancha presenta un césped sintético con drenaje adecuado, lo que permite el desarrollo de los partidos aún con lluvia y cuenta además con iluminación para que los cotejos puedan cumplirse en horario nocturno.

Los puntos y el partido en general se disputan con la misma modalidad que el tenis, pero a diferencia de éste existen paredes laterales de tres metros de alto en las que el paletista se apoya para mantener un juego continuo que permite dosificar las energías y hacerlo más entretenido.

Por sobre las paredes de concreto existe una malla metálica que solo ayuda a que las bolas no se vayan del rectángulo, mas si se las toca se convierte en punto no válido.

La pelota es de la misma dimensión que la que se utiliza en el tenis. La única variación es la presión atmosférica que lleva dentro, que es inferior y su rango es de 4,6 a 5,2 gramos. Los paletistas reconocen que este deporte como el tenis o el squash es costoso. El precio de una paleta fluctúa entre $60 y 400, según la calidad del material. (VN)