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El Telégrafo
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“Nuestros hinchas deben comportarse a la altura del club”

“Nuestros hinchas deben comportarse  a la altura del club”
08 de septiembre de 2011 - 00:00

La falta de una legislación adecuada  para juzgar e incluso sancionar a los hinchas que proceden mal en los escenarios deportivos impide que se frene de manera total la violencia en los estadios ecuatorianos. Esa es la razón que esboza Esteban Paz, vicepresidente de la Comisión Ejecutiva de LDU, para que  exista una   reiterada agresión en los espectáculos deportivos.   

El último incidente  ocurrió el 21 de agosto, cuando miembros de la barra  “muerte blanca” lanzaron una llanta a los gendarmes en el interior del Olímpico Atahualpa en el cotejo entre El Nacional y Liga de Quito.

La  Asociación de Fútbol No Amateur de Pichincha (AFNA) recibió una sanción económica (800 dólares), pero la Asoguayas insiste en un castigo para los “albos” -el martes se reabrió el caso-.  

¿Qué hace LDU para controlar el comportamiento de su afición?

Siempre tratamos de concienciar a la hinchada, de comunicarles cuál es el verdadero comportamiento que deben tener con mensajes reiterativos en el marcador electrónico.

Liga evolucionó con los títulos internacionales y a esa altura deben comportarse sus seguidores y no  caer en provocaciones de las hinchadas rivales, como ocurrió en el cotejo ante El Nacional. Eso fue una inmadurez total que no tiene justificación de ninguna forma.    

¿Se puede hacer algo más efectivo que una mención electrónica?

Solo si nos lo permiten las leyes civiles del país, el  poder aprehender a estos malos hinchas de cualquier equipo y conseguir someterlos a leyes rápidas que les den entre 2 y 5 años de cárcel. Así estos sujetos  lo pensarán dos veces antes de cometer este tipo de acciones.    

En Inglaterra, por ejemplo, no se necesita tener cercas para dividir el graderío de la cancha, porque las leyes son tan severas para los que cometen  este tipo de faltas que nadie se atreve a cometer acciones que les quitan  garantías personales.       

¿En Casa Blanca se ha establecido un mayor control para los aficionados locales y visitantes?

Con nuestra hinchada  no hemos tenido mayor inconveniente, salvo lo ocurrido en el partido ante   Emelec. Hasta hoy tratamos de ubicar al desadaptado que lanzó la botella (al DT Omar Asad) y nos obligó a jugar un partido importante ante Deportivo Quito en una cancha ajena como es la del Olímpico de Ibarra.  

Lo que sí hacemos es ubicar a la hinchada visitante en un solo sector. La bandeja sur alta está exclusivamente destinada a ellos y así se da un mayor y mejor control policial sobre un solo punto del estadio y no en varios.  

¿El número de policías que acude a una programación es el ideal para controlar problemas?        

A veces no tenemos todo el apoyo logístico y operativo por parte de la Policía Nacional. Eso quiere decir que hay partidos que ameritan un resguardo  mucho mayor y lo que hace esa entidad es disminuir la cantidad de efectivos policiales, pues hay otros eventos a los que deben brindar seguridad, además los fines de semana no todos trabajan y de paso éstos   no tienen  los implementos necesarios para defenderse ellos  mismos. 

Prácticamente no cuentan con ninguna protección básica,  como antimotines, para sobrellevar este  tipo de eventos como lo hace la Policía en varios estadios del mundo, donde los uniformados están bien  protegidos y si  cualquier persona  comete un exabrupto es fácilmente controlada.

Pero aquí los efectivos están con un gas lacrimógeno y a veces solo el escudo en la mano; con eso no se  puede pedir que actúe ante 3.000 ó 4.000 hinchas desaforados.  

¿Es la seguridad privada la mejor opción en caso de que la Policía Nacional ya no preste su ayuda en el orden interno de los estadios?

Primero en lo económico es imposible tener protección interior privada, porque el equipo de fútbol a duras penas tiene para mantenerse como institución. Entonces, no pueden  verse obligados a contratar  a 500 ó 1.000 efectivos para un partido de alta importancia. 

Además, al ser privados ni siquiera tienen permitido el uso de   gas lacrimógeno en el caso de que haya un inconveniente, porque de hacerlo estarían obligados a enfrenta  juicios civiles o penales por su proceder.

Es muy difícil controlar privadamente esto por la serie de situaciones que se presentan. Entonces la solución más drástica sería que la hinchada visitante se quede fuera, pero eso no puede darse tampoco.

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