No hubo sorpresas
Sin sorpresas, así termino la primera etapa del Campeonato Nacional. En realidad el fútbol ecuatoriano se ha hecho muy previsible. A principios de temporada, los cálculos y pronósticos apuntaban a Emelec, Liga y D. Quito como los favoritos; es que es lógico, a mayor inversión, mayores son las posibilidades de éxito.
Cumplidas las 22 fechas de esta parte del torneo, considero importante realizar algunas puntualizaciones. En términos generales el nivel fue bastante bueno, sin embargo, creo que se debe mejorar; las asistencias en los diferentes estadios no fueron las mejores.
No hay fidelidad en los hinchas, hay que esperar determinados encuentros para ver llenos los estadios. En este aspecto, aunque el de ahora no sea el mejor momento de Barcelona en lo futbolístico desde hace 14 años el “Ídolo” sigue siendo el equipo, que mayor interés genera, particularmente fuera de su reducto. LDU le sigue en ese escalafón, aunque si pesamos lo que uno y otro ha ganado en los últimos años a nivel nacional e internacional, no hay duda de que la hinchada “alba” tiene una enorme deuda con su equipo.
El mejor plantel de este primer semestre ha sido Emelec, sus números así lo reflejan, ganó 12 de los 22 partidos, empató 8 y apenas fue derrotado en 2 compromisos, sumo 44 puntos, inalcanzable para sus rivales.
Muy parejo en todas sus líneas, una interesante combinación de juventud y experiencia, la trayectoria, el recorrido de Klimowicz, Fleitas, Méndez, Quiroz permitieron que aparecieran jóvenes jugadores que con sus actuaciones, se hicieron un lugar en el equipo sumando minutos, no solo por el tema reglamentario -la presencia de un juvenil en cancha mínimo 45 minutos- sino por sus condiciones y personalidad. Fernando Gaibor, Marcos Caicedo, Wilson Morante y Enner Valencia son apenas una muestra del semillero “millonario”.
La tarea la empezó el “Turquito” Asad y la culminó un caballero de la casa, Juan Ramón Silva, que una vez más demostró su capacidad y competencia. Mérito especial para la comisión directiva, que sin posiciones prepotentes, sin el afán de robar protagonismo a quienes en verdad lo tienen, supieron, con perfil bajo, pero inteligente, llevar a Emelec a conseguir este éxito.
En el segundo semestre, el “Ballet” disputará la Copa Sudamericana, tiene asegurada la final del torneo nacional y la Copa Libertadores de América 2012. Si cuantificamos todo esto, fácilmente se ha garantizado más de dos millones de dólares hasta fin de año.
El segundo lugar fue para LDU; si se lo mira exclusivamente desde el punto de vista resultadista, no es malo, sin embargo, por la nómina que tiene y el presupuesto que maneja, tiene sabor a poco y aunque estará nuevamente en una competencia internacional, no alcanza para maquillar la decepción de dirigentes y aficionados, que esperaban mucho más de este plantel.
Es cierto que las lesiones de varios de los jugadores considerados clave influyó, pero no es menos cierto que algunos de sus elementos, aquellos que escribieron las páginas de mayor éxito en la historia de Liga, han dado muestra de que los años no pasan en vano y que los ciclos tienen un principio y un final.
Además, hay que sumar que el aporte foráneo -jugadores muy costosos para el medio-, no dieron la talla. La mano no viene fácil para los dirigentes ni para Bauza. Para la reanudación del campeonato hay que tomar decisiones y esperamos que la mano no tiemble cuando llegue el momento.
D. Quito se quedó con el tercer lugar, enorme trabajo de sus dirigentes, una inversión económica muy grande, que no encontró eco en los resultados que en definitiva son los que permiten alcanzar o no los objetivos; en los planes de los “chullas” estaba ganar esta primera etapa.
Haber clasificado a la Copa Sudamericana no les quita el “tufillo” a fracaso. Jugadores de experiencia, una nómina rica en cantidad y calidad, pero que en muy pocas ocasiones pudo expresar en el terreno de juego lo que generó en expectativa, es lo que se vio.
El deseo de conseguir el objetivo llevó a los dirigentes a cometer errores como despedir al técnico Bustos en el momento menos oportuno, cuando aún las posibilidades le permitían luchar por el primer lugar. La cuota extranjera fue más cantidad que un aporte real, salvo el goleador Bevacqua -marcó 15 goles en esta etapa-, del resto será muy difícil en poco tiempo recordar sus nombres.
La segunda etapa presenta muchas interrogantes: Carlos Ischia, ¿será capaz de cambiar y otorgarle regularidad a este plantel?, ¿existirá la capacidad económica y la disposición de los directivos para sostener una plantilla con altos costos? Hay seis meses por delante, el tiempo se encargará de reflejar si las lecciones se capitalizan de verdad.
Nacional y la Liga Lojana comparten el cuarto casillero. A inicio de temporada nadie apostaba un peso por los “criollos”, pero hasta dos fechas antes de culminar la etapa pelearon la posibilidad de ingresar a disputar un torneo internacional, lo cual no deja de ser interesante y habla de la importante labor de su DT, Mario Saralegui.
Por asuntos estatutarios no puede contratar extranjeros, por las limitaciones económicas y por lo poco que ofrece el mercado nacional no creo que para la segunda parte pueda cambiar mucho la historia del Bi-tricampeón. En cambio, para el equipo fronterizo, este cuarto lugar es alentador y motivará al esfuerzo de la empresa privada de la ciudad para potenciar el plantel.
El Cuenca (sexto) amenazó llegar más lejos, un par de malos resultados lo dejaron prematuramente fuera de cualquier posibilidad de pelear por los primeros lugares, sin embargo, la política de respaldo y promoción de jugadores nacidos en las menores es importante, como importante es la labor del estratega Luis Soler. Hay que revestirse de paciencia, asimilar la transición y esperar a que maduren las promesas y llegarán mejores resultados.
El Olmedo alcanzó el séptimo lugar, acorde al nivel de inversión.
Preocupante es el octavo lugar de Barcelona, es el resultado de los malos manejos; no de ahora, desde hace muchos años atrás.
La hinchada, la popularidad y la estampa de “Ídolo” han sido utilizadas con otros fines y ahí están las consecuencias. Con elecciones a medio año, con un déficit enorme, con juicios pendientes, con un plantel que no ofrece mayores garantías. Ardua labor les espera a los hermanos Noboa para cambiar esta realidad, no va a ser fácil.