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El Telégrafo
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“No habrá Copa” es la consigna de manifestantes

“No habrá Copa” es la consigna de manifestantes
29 de enero de 2014 - 00:00

A menos de cinco meses para el inicio del Mundial 2014, miles de personas empezaron en 35 ciudades de Brasil las manifestaciones contra la realización del certamen, en rechazo a la presencia de la FIFA en el país y a la puesta en marcha del mayor evento del fútbol global.

Las manifestaciones terminaron con acciones violentas de grupos autodenominados anarquistas, quienes rompieron sedes bancarias en el centro de Sao Paulo pese a la represión policial. La consigna general fue “No habrá Copa”.

Entre quienes se oponen al Mundial se encuentra la Federación Nacional de Hinchas.

Estas marchas pronostican ‘dolores de cabeza’ para el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, quien el 3 de octubre próximo, tres meses después de la final del Mundial, buscará la reelección y la continuación del proyecto del Partido de los Trabajadores (PT), que empezó con el gobierno de Luiz Ignacio Lula da Silva en 2003.

Convocados vía Facebook y sin líderes visibles, más de 1.500 manifestantes ocuparon el sábado pasado la Avenida Paulista, principal arteria de Sao Paulo, justo cuando la ciudad más grande de Sudamérica festejaba sus 460 años de fundación. Unas 200 personas fueron detenidas en Sao Paulo, Río de Janeiro, Salvador y Natal tras los enfrentamientos con la policía.

“Queremos concienciar a la población de que el Mundial no debe hacerse en Brasil, que es un engaño”, dijo a EL TELÉGRAFO una joven estudiante de la Universidad de Sao Paulo que protestaba con un cartel con la frase “Mientras usted grita gol, está siendo robado”.

En junio pasado, durante las mayores manifestaciones de la historia de la democracia reciente, impulsadas por el reclamo a favor de transporte público de calidad, la violencia policial marcó parte de la realización de la Copa de las Confederaciones, torneo organizado también por la FIFA.

La presidenta Dilma Rousseff, en sus intervenciones, intenta chocar el discurso de que el dinero público está siendo utilizado para entregárselo a los estadios de la FIFA. El gobierno prestó unos 600 millones de dólares mediante el banco de fomento Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

“Nuestro objetivo es agotar el diálogo con los jóvenes, tener la certeza de los reclamos, hay quejas por las remociones de vivienda para las obras de la Copa y la cuestión del transporte urbano”, dijo el secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, el hombre de mayor confianza de Lula para dialogar con los movimientos sociales.

El secretario general dijo que esperan manifestaciones y que el diálogo político buscará evitar confrontaciones pero deslizó que “las Fuerzas Armadas darán apoyo, esperemos que no sean necesarias; la orientación de la presidenta es clara, ella quiere que haya diálogo y que la fuerza de seguridad de policía se use cuando el diálogo con los manifestaciones se haya agotado”.

En este escenario el gobierno busca tomar la iniciativa política frente a un año electoral en el que la presidenta es favorita en todas las encuestas, pero el resultado del mundial, tanto fuera y dentro de la cancha, influenciará el debate nacional de cara a los comicios.

Entre quienes se oponen al Mundial se encuentra la Federación Nacional de Hinchas, que diverge con la consigna “No Habrá Copa” porque la considera tardía y poco constructiva. “Ya no hay tiempo para ponerse como meta la no realización del Mundial. Oponerse porque sí al mundial como única consigna no garantiza conquistas para el pueblo, no objeta las remociones de personas para las obras del mundial ni pone presión al gobierno para cobrar el dinero prestado a clubes y empresas constructoras para construir estadios. Luchamos para evitar que se elitice el fútbol como quiere la FIFA”, afirmó a este Diario Joao Herminio Marques.

Marques es coordinador del Frente Nacional del Hincha de Porto Alegre, en el sur del país y una sede del mundial y miembro de la agrupación de izquierdas “La Marighella”. Él reconoce que parte de la agenda de las manifestaciones fue captada por la derecha y por la intencionalidad de los medios privados. Critica también a los manifestantes que buscan “la revolución individual” quemando un kiosko de diarios. “Proponemos que haya una nueva Constitución para una reforma política. El pueblo fue a las calles en forma masiva y logró apenas el cese del aumento del transporte público. Por eso no queremos oponernos al Mundial apenas como una suerte de venganza del pueblo, porque la política no está hecha de cólera”, dijo el dirigente.

El Frente Nacional del Hincha se opone en Brasil a la estructura de la FIFA y a la construcción de estadios que acercan más el concepto de entrenamiento y negocio que el lugar de depósito de la pasión nacional, el fútbol.

Para Marques, los jóvenes manifestantes no se identifican con ninguna organización política por falencias de la propia dirigencia de izquierdas, entre ellas dijo, los partidos opositores y el gobernante PT.

Pese a cuestionar parte de las convocatorias actuales, el dirigente dijo que estará en las calles pero no para gritar el nombre de Neymar. “Debemos estar listos para las manifestaciones en el Mundial, el gobierno comienza a hablar de Fuerzas Armadas y debemos evitar que la derecha y los grandes medios de comunicación, como la Globo, marquen el rumbo de las reivindicaciones”.

El jueves pasado, dos días antes del inicio de la jornada de repudio al mundial, la presidenta Rousseff viajó al Foro Económico de Davos, en Suiza, donde encontró al secretario general de la FIFA, Joseph Blatter, ante quien prometió que Brasil realizará la mayor fiesta del fútbol. “Será la Copa de las Copas”, le dijo la mandataria del país cinco veces campeón mundial.

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