Contrario a lo que se esperaba (una intensa lluvia), los rayos solares fueron caniculares ayer en Quito hasta las 14:40. Por eso el agua y la cerveza fría no faltaron, mientras los aficionados  esperaban la apertura de las puertas en los exteriores del estadio Olímpico Atahualpa.     

Las caras pintadas con la bandera tricolor y  llamativos atuendos como el de gorila con capa,  primaron en las horas previas al encuentro futbolístico entre Ecuador y Venezuela, que marcó el inicio de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial de  Brasil 2014.     

Los encargados de comandar las pequeñas filas fueron provincianos que llegaron vía terrestre ayer en las primeras horas de la mañana. Ese fue el caso del manabita Gary Valdez, quien desde las playas de Jama se embarcó en su cuarta aventura premundialista.      

Es uno de los asiduos acompañantes de la “Tricolor” en los partidos de local y  en su cabeza llevó tatuados los colores del país. Él y sus  cuatro compañeros estaban seguros de que el triunfo favorecería a los dueños de casa. “Vamos a ganar 2-1. Los goles los pondrán Cristian Benítez y Antonio Valencia”, afirmaba con mucho entusiasmo. Valdez a diferencia de otros aficionados solo  llegó con implementos para protegerse en caso de lluvia.

Apenas una delgada chompa negra lo cobijó. Los golpes reiterados en un gigante bombo con el sello ecuatoriano encendían el ambiente en las afueras del escenario y el grito de “Ecuador, Ecuador” tenía eco en los automotores que transitaban en la Av. Seis de Diciembre, mientras los pocos seguidores  “llaneros” cobijados con su emblema y luciendo la “vinotinto” respondían con un leve “Venezuela”.

El caraqueño Orlando Peña, quien llegó ayer en la noche por primera vez a Quito, comentó que en su país de a poco crece la afición por el fútbol. La buena campaña “llanera” en Copa América, al ser cuarta, alentó su entusiasmo por una victoria.

“Esperemos que Farías y sus muchachos ratifiquen su condición de invictos que tienen en esta ciudad”, lanzó el venezolano.    

Alrededor de 600 venezolanos distribuidos en la general noroccidental y en la tribuna norte  presenciaron el duelo deportivo. A las 12:00 se abrieron las puertas del estadio y el ingreso de los aficionados fue rápido. Ya en el interior el color amarillo predominó.

La primera localidad en llenarse fue la general sur. Los paraguas que llevaron para evitar la lluvia sirvieron para mitigar los rayos solares.