Ni la lluvia ni el lodo pudieron detener a la máquina de Wilmer
Wilmer Huertas, de Otavalo, se adjudicó el primer puesto al demostrar notable pericia al mando de su bólido, registrando 31 segundos y 50 centésimas por vuelta, en la segunda edición de la competencia de cabezales en Cuenca, que organizó la revista Amateur.
El sonido ensordecedor de las cornetas de aire de los 50 cabezales participantes de distintas partes del país, alteraron la tranquilidad del sector del estadio Alejandro Serrano la tarde de sábado. De a poco, los aficionados ingresaron al escenario para ver en acción a los vehículos, mientras otros fueron atraídos, además de los automotores, por las bellas modelos y carros tuning, que completaron el ambiente de este deporte tuerca.
La fiesta se inició en el interior del estadio alrededor de las 17:00, en ese momento se realizó la presentación de cada uno de los pilotos y sus máquinas ante el aplauso de cerca de 5.000 personas que ocuparon el sector de la tribuna.
Los 15 años de experiencia, acumulados tras transportar cerca de 40 toneladas de madera desde las montañas de San Lorenzo, Esmeraldas, dieron a Wilmer Huertas la capacidad para conducir idealmente su Frailander azul, número 18, con una potencia de 500 caballos de fuerza.
“Gracias a la destreza que tengo en el trabajo, estas competencias son como un juego para mí, siempre bajo la cordillera con mucho peso, superando lodo, piedras y muchas cosas complicadas (…), creo que eso me ayudó a ganar”, expresó el campeón.
Wilmer demostró su poderío desde la fase clasificatoria, cuando sin problemas accedió hasta la final al registrar 32”68. A pesar de los inconvenientes que se suscitaron en la superficie de la pista -pues al comienzo hubo polvo y luego lodo debido a la lluvia-, el otavaleño no levantó el pie del acelerador y, al contrario, aumentó el ritmo de su máquina.
“Para mí fue más favorable con la lluvia, porque el polvo y la tierra se asientan y eso permite que derrape con la máquina de mejor manera, todo eso aprendí en el trabajo que realizo bajando la montaña”, acotó el piloto, que le dedicó el triunfo a su hija Salomé, de 2 años, quien lo observó desde las gradas.
Esta no es la primera vez que se presenta en esta clase de eventos, ya que ha pisado con sus llantas las pistas de los circuitos de cabezales en Yaguarcocha, en los que ha obtenido 5 victorias en 6 actuaciones.
“Es una ventaja para mí haber corrido en Ibarra y en un evento en Bogotá, eso me dio confianza en lo que hice ahora y me ayudó a llevarme el primer puesto”, manifestó Huertas, quien contó, además, que las carreras en territorio colombiano son intensas, pues se disputan durante tres días y entre 300 máquinas.
La segunda ubicación fue para Édison Arcos, de Pichincha, quien con su “pesado” color verde, número 07, registró 32”15. Este piloto conduce cabezales desde los 15 años y a sus 28 ha recorrido todo el país transportando las piezas de un parque de diversiones.
“Cada quince días estamos viajando por diversas rutas con el parque de diversiones, ese nos ayuda a mantener un buen ritmo, como el mostrado ahora con nuestro cabezal”.
Confesó haberse sentido nervioso antes de partir en la fase clasificatoria, pues correr ante una afición tan exigente como la de Cuenca demandó que acelerara a fondo su bólido para dar un gran espectáculo.
Diego Ibarra, número 28, fue el tercero más veloz sobre la pista al cronometrar 33”12. El piloto de la máquina roja expresó que la lluvia dificultó notablemente su desempeño.