Narciso, con su quinto gol en el torneo, desesperó a El Nacional
La cancha del Atahualpa estaba maltratada por el concierto de la semana pasada de Manu Chao y Calle 13; pero aún así los “artistas” de El Nacional y Barcelona salieron dispuestos brindar un buen espectáculo -que no se vio del todo- para los 15.291 aficionados que llegaron al reducto capitalino, pese al horario (12:00).
Ambos equipos empezaron con cautela. Eso produjo que existiera poco atrevimiento de los atacantes y las acciones se disputaran en el mediocampo. El local llegó con un tibio remate de cabeza de Juan Luis Anangonó, que terminó en las manos del golero Damián Lanza.
El Nacional no tenía contundencia ni peso arriba. Anangonó y Édison Preciado no se enganchaban con el ritmo del partido, mientras que en Barcelona, salvo por sendos disparos de Hólguer Matamoros y Damián Díaz, poco se vio en ataque.
El juego se tornó más lento y cortado. Ningún equipo tenía la capacidad de llegar tocando hasta el arco contrario y la opción preferida fue probar de media distancia.
Hugo Vélez, Marwin Pita y Preciado (en dos ocasiones) intentaron sin éxito abrir el marcador, ante la desesperación del DT Mario Saralegui en la banca. La hinchada se molestó con esa forma de encarar del dueño de casa y con ese marcador culminó la primera etapa.
Los seguidores de ambos equipos continuaron llegando con el paso del tiempo y la preferencia estuvo prácticamente llena, al igual que la general sur, por lo que se abrieron las puertas de la nororiental.
La tónica no varió en el segundo episodio. El local tenía la posesión del balón, pero le costaba arrimarse a la defensa que plantó Barcelona. A la visita le costaba mantener el esférico y cuando intentaba atacar, lo hacía lentamente. La estrategia de esperar le funcionó a Zubeldía y sus dirigidos la aplicaron en todo momento.
Así llegó el gol de Barcelona, a los 59’, cuando Matamoros mandó un pase largo para Mina, que se sacó la marca de Javier Chila y ante Bonard García definió de zurda para sumar su quinto gol del torneo.
Después del tanto de apertura la desesperación se apoderó de El Nacional, que no podía llegar con claridad al arco de Lanza. Incluso, cuando se lesionó Luis Caicedo, Chila ayudó a cargar la camilla de la Cruz Roja, para que sea llevado rápidamente fuera de la cancha.
Barcelona mantuvo la misma actitud, pero intentaba quemar algo de tiempo porque el local se fue con todo a buscar el empate.
El equipo de Saralegui ganó con el ingreso de Marcos Caicedo, que por izquierda generó ataques y superó en algunas oportunidades a Carlos Gruezo. Paúl Minda, que ingresó en lugar del lesionado Marwin Pita, también aportó un buen juego para el funcionamiento del equipo.
Lanza no tuvo que intervenir mucho en su área, salvo en un potente tiro libre de Javier Chila, que sacó con una mano para evitar el tanto del empate. Caicedo no pudo seguir y tuvo que ser reemplazado por José Amaya.
Díaz fue sustituido por Pablo Lugüercio, quien en la primera pelota que tocó generó una acción que terminaría en gol de Barcelona. Con una finta eludió a Chila y el zaguero tuvo que detenerlo a centímetros del área, lo que produjo el enojo de Zubeldía, que pensó que la infracción fue dentro del área.
Con Díaz viendo el partido desde la banca, Matamoros fue el llamado a cobrar el tiro libre. Con potencia disparó por debajo de la barrera y Bonard García no pudo contener su remate, a los 83’.
El volante le dedicó el gol al DT, quien luego, en la rueda de prensa, confesó que les pidió a los jugadores que si marcaban un tanto de tiro libre fueran a festejar con él.
Con el partido liquidado, la alegría se apoderó de las gradas con el “ole” ante cada toque de Barcelona, que fiel a la estrategia del entrenador no se desordenó hasta el final. El “Ídolo” sumó 12 puntos en la tabla, mientras que El Nacional 9.
En la próxima jornada los “toreros” visitarán el Manta, en el estadio Jocay y los quiteños jugarán contra Liga (Q) en el Atahualpa. Antes del cotejo hubo un toque de trompetas en homenaje al DT fallecido Dragan Miranovic.