Nadal conquistó Madrid en una hora y 11 minutos
Rafael Nadal fue ayer nuevamente el rey de Madrid y reconquistó la arcilla de la Caja Mágica para alegría colectiva.
El tenista español ganó ayer el torneo Mutua Madrid Open (Master 1000) con una autoridad asombrosa después de arrasar al suizo Stanislas Wawrinka. En una hora y 11 minutos, Nadal se impuso por 6-2 y 6-4 y rebosó de alegría en una arcilla que le consagró como el héroe de 2013, dueño de cinco títulos y finalista en los otros dos torneos.
Nadal no tiene límites. Suma en su haber 54 títulos, 40 de ellos sobre tierra batida -igualando el registro de Thomas Muster y solo superado por los 46 de Guillermo Vilas-. Es el jugador con más títulos esta temporada, cinco, tras las victorias también en Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells y Barcelona. Suma y sigue. Próxima parada: Roma.
Desde el principio, Nadal dibujó su hoja de ruta sin titubeos, firme a la hora de atacar a un rival sorprendente y agotado. Wawrinka tuvo un tenis buenísimo y completó una semana magnífica en Madrid, tanto que a partir de hoy estará entre los diez mejores del mundo.
Sin embargo, se encontró a un gigante en la final y se contentó únicamente con dar la cara, sin minimizar su incuestionable talento, porque tampoco el físico le acompañó.
Hubo una consigna clara en Nadal. Necesitó mover a Wawrinka hasta que se asfixiase.
Wawrinka jugó el jueves hasta bien entrada la madrugada en un larguísimo partido contra Jo-Wilfried Tsonga, necesitó también tres sets en las semifinales ante Tomas Berdych y encima llegó a Madrid después de jugar la semana anterior en Portugal, en donde sumó su único título del año.
Eran nueve victorias seguidas y mucho desgaste para unas piernas evidentemente castigadas.
Le atacó Nadal desde el primer peloteo. El quinto del mundo no aceptó el debate y puso la directa hasta el 4-0, dos roturas de margen con todo lo que significa. Al “mallorquín”, como lo llaman a Nadal, le fue bien con el saque (solo perdió dos puntos en la primera manga) y fue profundizando con su golpe a medida que se le calentaba el brazo. En 31 minutos ya tenía medio trabajo hecho.
Fue la mejor actuación de Nadal durante su torneo madrileño, la más pulcra y convincente. A medida que se han sucedido los días, su tenis ha ido de menos a más, superior a cualquiera que asomaba por su camino, vencedor con toda justicia de un torneo que le ama. Estuvo a punto de despedirse el viernes ante David Ferrer, a dos bolas de la derrota, y a partir de ahí se ha convertido en un gigante. Suya es la gloria.
Ese primer set se antojó definitivo, demasiado desigual. Wawrinka, quizá con uno de los reveses a una mano más bonitos del circuito, nunca fue capaz de meterse en la batalla y lo dejó todo para combatir con honor y orgullo en la segunda manga, lento y penalizado por el peso de sus músculos.
Salió entonces un partido algo más parejo pese a la sensación evidente de que Nadal era el dueño y señor de la situación. La estadística, inútil a la hora de la verdad porque no juega, estaba tan de su parte que nadie se podía imaginar un desenlace distinto al que fue.
Nadal, hasta Madrid, llevaba ocho victorias en ocho partidos contra Wawrinka con 17 sets a favor y ninguno en contra. Estira el dato y ya van nueve triunfos.
En el séptimo juego de la segunda manga se acabó todo. El helvético perdió su servicio después de dos doble faltas seguidas y a Nadal se le abrieron de par en par las puertas del paraíso.
Nadal reconquistó Madrid después de triunfar aquí en 2010 y 2005 y ya piensa en Roma con París en el horizonte. Según expertos en este deporte, Nadal podría enfrentar nuevamente en este torneo al serbio Novak Djokovic, con quien disputó el título el año pasado.
Cuesta creer que después de siete meses de lesión haya sido capaz de hacer siete finales de siete y ganar cinco títulos, entre ellos dos Masters 1.000. Se confirma que Nadal es único.
Una victoria especial
A pie de pista, y justo antes de la entrega de trofeos, Rafael Nadal expresó su alegría, encantado con un título emotivo.
“Estoy muy feliz, quizás esta victoria es la más especial si tenemos en cuenta de dónde venimos. Es una temporada complicada y jugar en Madrid era una ilusión muy grande, el torneo ha salido mejor imposible".
Felicito a Stan por su semana y el gran año que lleva. Para ganar a estos jugadores solo puedes hacerlo muy bien. Desde cuartos, contra David Ferrer, han sido partidos intensos y he jugado a un nivel alto. Y encima apoyado por este público todo es más fácil" .