Miles de personas asistieron este jueves en la ciudad norteña de Bérgamo al funeral del centrocampista del Livorno Piermario Morosini, quien falleció el pasado sábado mientras disputaba un partido de fútbol.

En una primera instancia se pensó que Morosini, de 25 años, había sufrido un paro cardíaco, pero la autopsia realizada el lunes no desveló causas evidentes de la muerte.

El funeral se celebró en la iglesia de San Gregorio Bargarigo, en el barrio de Monterosso. Asistieron personalidades del fútbol italiano, familiares y amigos, además de un gran número de seguidores que corearon el nombre del jugador en el exterior del templo.

Las plantillas del Atalanta y del Udinese, equipos con los que Morosini disputó sus primeros partidos en la categoría juvenil, estuvieron también presentes también el acto religioso.

Fotografías del deportista, coronas de flores y pancartas de homenaje fueron colocadas en la escalinata y el interior de la iglesia. El féretro fue cubierto con la camiseta con el número 25 que vestía el joven futbolista.

Durante el entierro el párroco de la iglesia, Luciano Manenti, destacó la tenacidad del joven -que triunfó a pesar de unas circunstancias familiares difíciles-, y su honestidad.

"Era un hijo y un hermano perfecto. La vida para él no fue fácil", dijo de su lado el alcalde de Bérgamo, Franco Tentorio.

Concluida la misa, el féretro del centrocampista fue sacado a hombros por los amigos del jugador entre el silencio total de los aficionados que esperaban fuera de la iglesia.