“Monosalvajes” se alistan para las ligas mayores de speedball
Varios de los jugadores ya pasan de los 30 años, hay otros de 12, pero todos aparentan ser rebeldes e insinúan con su aspecto que van a la “guerra” y por ello se “arman hasta los dientes” para entrar al campo.
Preparan sus marcadoras (pistolas), las llenan de “balas” y con la máscara sobre el rostro se reúnen unos pocos minutos para planear la estrategia que utilizarán en el juego para eliminar en el menor tiempo posible al enemigo.
Con uniformes, cintillos de colores y proyectiles de tinta los participantes lucen como si fueran a teletransportarse a un videojuego, pero no, se trata de un torneo de speedball, que consiste en obtener una bandera colocada en el centro para ganar el juego, esquivando obstáculos inflables y de pequeño tamaño.
En esta ocasión, los chicos “duros” del speedball organizaron un campeonato amistoso, pues desde el próximo mes participarán en varios eventos internacionales.
Equipos de tres jugadores fueron los que se divirtieron en el torneo organizado aquella tarde. Y precisamente para ponerle humor al campeonato se bautizaron con nombres singulares, tales como “Sapitos” y “Wachiturros”, entre otros.
Uno de los pioneros del speedball en Guayaquil, Edmundo Jordán, del club “Monosalvajes”, comenta que el torneo “relámpago” que organizaron fue como preparación para los eventos de Medellín, a realizarse del 18 al 19 de julio; y en New Jersey, para la liga estadounidense, en la misma fecha.
“El speedball es una modalidad del paintball, que es con bandera en el centro y con cinco jugadores en cancha. El que toma primero el objetivo, gana el juego”.
Asimismo, los equipos formados en las diferentes provincias del país también se alistan para ser parte de la delegación que actuará en el exterior.
Pero sin duda, el torneo de la NPPL (National Professional Paintball League) es el más importante para los amantes de esta disciplina; y en este caso, a nivel local, la segunda válida se realizará en Guayaquil, en septiembre. La primera se desarrolló en Cuenca y la tercera será en Quito, en noviembre.
“La liga tiene dos fases, la del torneo con jugadores que vienen de otros países y la local. En septiembre vendrán jugadores ‘pro’ (profesionales) de Estados Unidos, a dar clínicas y a jugar con equipos de aquí”, añade Jordán. “Es el tercer año que lo estamos haciendo en el país y ha resultado muy bueno. La segunda etapa son los regionales, que se realizarán a fines de este mes, uno en Loja, en Manta y en Quito”.
El coordinador del evento, Rafael Cárdenas, llama a los participantes a posición y Eduardo se retira, no sin antes comentar que este tipo de actividad la aplican como dinámicas de grupo en las empresas en Estados Unidos.
“Este es un deporte de comunicación y equipo, en EE.UU. lo practican cuando hay mucho estrés entre los empleados, ahí sale toda la adrenalina. En el país también ya lo están comenzando a practicar varias compañías. Allí aprovechan los empleados para ‘disparar’ a sus jefes”.
Uno de los dos jueces que estaban en la pista custodiando que los participantes no estén manchados para que sigan jugando, Juan Marcos, manifiesta que ya tiene 20 años practicando el paintball, y a pesar de que ya es padre de familia y empresario, no lo piensa dejar, ya que es un deporte que le ayuda a compartir con sus amigos. “Esperamos que el paintball se reconozca como deporte en el país”.
Las personas que deseen practicarlo pueden ir a Villa Club, el alquiler de la cancha cuesta $ 10; la caja de bolas, $ 50; y una marcadora la puede adquirir desde $ 50 hasta $ 1.000. Con todo el equipo, la inversión en total es $ 250. (APS)