Por primera vez en el año, El Nacional se impuso a Liga de Quito por 2-1 en el primer duelo por el tercer cupo a Copa Libertadores 2012.

Desde el graderío, la afición roja brindó el respaldo constante a su plantel. Durante todo el compromiso entonaron cánticos y flamearon el estandarte con las 13 estrellas.

Pronto registraron en la cancha la respuesta a su entusiasmo. De una jugada personal del volante manabita Hugo Vélez, quien ensayó un potente disparo, nació la primera del encuentro a los 8’ que fue efusivamente festejada por sus compañeros y el cuerpo técnico.

Entonces se elevó el entusiasmo de los seguidores del conjunto de las Fuerzas Armadas que con brincos continuaron con su aliento. Fueron mayoría en las gradas del olímpico Atahualpa, donde asistieron alrededor de 8 mil hinchas.

Conforme transcurrían los minutos, el nerviosismo que exhibieron  los novatos de Liga de Quito se ausentó y comenzaron a llegar sobre el pórtico de Danny Cabezas, que como ha sido su problema habitual, no supo despejar.

Dejó que cada vez tuvieran más peligro los avances del adversario, sobre todo cuando el corpulento  delantero Walter Calderón con una acción personal sorteó a la defensa y definió con certeza para la igualdad a los 23 minutos.

Ahí los cerca de mil seguidores de LDU, situados en la Muerte Blanca, con sus tambores prevalecieron en ruido sobre los adversarios que quedaron atónitos con esa anotación.

De ahí en adelante, El Nacional fue un mar de confusiones que no supo aprovechar la aparente superioridad con la que llegaron para enfrentar a los jóvenes de LDU.

Cerca de la finalización del primer período, un tiro de esquina ejecutado con colocación por el capitán Marwin Pita terminó en la segunda del encuentro tras cabezazo del zaguero central Javier Chila a los 39’. Ahí volvieron a despertar los hinchas rojos que nuevamente entonaron el “Nacional, Nacional”.

En la segunda etapa los ingresos de los experimentados Hernán Barcos, Paúl Ambrosi y Fernando Hidalgo en Liga Deportiva Universitaria cambiaron la tónica del encuentro y lo hicieron más equilibrado. Lograron arrastrar  marca y generar zozobra en la valla rival.

Por eso varios espectadores se vieron sentenciados a observar de pies el duelo que también se registró en las gradas, donde ninguno dejó de alentar a su plantel. Además intercambiaron uno que otro epíteto sin mayor inconveniente por la vigilancia cercana de la Policía que formó una fila de protección para separar a las dos hinchadas.

En la cancha los jugadores de las Fuerzas Armadas se dieron modos para llegar sobre el arco de Daniel Viteri, pero  sin puntería para definir bajo los tres palos.

En la finalización del encuentro, el diminuto Cristian Lara ingresó con rapidez al área y obligó al guardameta a frenarlo con fuerza y salir expulsado por esa falta. 

Tomó los guantes el atacante Hernán Barcos, que no tuvo más que 30 segundos para despejar el único balón que llegó sobre su reducto.