“Desde que era un niñito se evidenciaba su capacidad y ahora que es un hombre logra lo que desea. El orgullo que tenemos todos es increíble”, expresó en diciembre pasado Marisela Aguirre, madre de Miguel Herrera, durante la conferencia de prensa en la que se ratificó al ‘Piojo’ como director técnico de México para el Mundial de Brasil.

Herrera vivió su  infancia en un suburbio de clase media de  Cuautepec. Era  un niño inquieto, rubio, bajito de estatura y a veces problemático. Sus amigos lo llamaban ‘Piojo’ y solía perder la cabeza cuando se calentaban los partidos de fútbol barrial, a los  que nunca faltaba.

“Se trata del clásico muchacho de barrio, surgido en el potrero. Su apodo ‘Piojo’  es muy clásico de nuestra vida barrial, de colonias populares”, explica José Miguel, sociólogo de la Universidad de Buenos Aires,  especializado en el entorno social del balompié mexicano.       

El sociólogo describe a Herrera como un hombre hiperactivo, de una personalidad sumamente extrovertida y que exterioriza sus sentimientos de frustración y de alegría de una manera que no lo hacen todos los técnicos de fútbol.

En 12 años dirigiendo, el rubio entrenador solo consiguió un título, en 2013,  frente a las ‘Águilas’.En cierta ocasión, Efraín Balvanera, delegado de las fuerzas básicas de la Asociación de Fútbol del D.F probó en la cancha al pequeño Miguel; intentó llevarlo al América pero por su baja estatura fue rechazado. “Era fortachón, pero bajito y rápido, nada más”, recordó años después Balvanera.

A pesar del rechazo en las ‘Águilas’, el pequeño Herrera no declinó y siguió su camino en el fútbol. Debutó en 1987 en el Tecos UAG y luego pasó por varios clubes (Santos Laguna, Querétaro y Toros Neza). Su gran debilidad fue el Atlante, equipo donde jugó por seis temporadas en diferentes épocas.  

Sus allegados, entre ellos Raúl el ‘Potro’ Gutiérrez, recuerda que el ‘Piojo’ todo lo quería resolver a golpes. “Con Miguel (Herrera) compartí habitación mucho tiempo. Nunca tuvimos problemas, aunque todo lo quería arreglar a golpes, nunca pasó en la habitación.  Fue un buen compañero de cuarto”, recordó el ‘Potro’ en una entrevista publicada por  El Universal de México en noviembre del año pasado.    

Herrera comenzó su carrera como defensa, luego fue delantero, hasta su retiro en 2000 vistiendo la camiseta de su querido Atlante.

Además, fue seleccionado juvenil de México de 1985 a 1987. Luego pasó al ‘Tri’ quedando vicecampeón de la Copa América realizada en Ecuador, cuya final se disputó en el estadio Monumental de Guayaquil.

A pesar de su fuerte temperamento, que con el tiempo supo controlar, luego de dejar el fútbol profesional decidió ser director técnico y tener bajo su responsabilidad el manejo de grupos de jugadores.

Su debut como entrenador fue el 17 de febrero de 2002 al frente del Atlante. La transformación del ‘Piojo’ llegó, afirma Gutiérrez -su excompañero de cuarto- años después. “Yo creo que la madurez a todos nos llega y Miguel ha aprendido de todo lo bueno y lo malo que vivió en los diferentes equipos donde militó y  eso y ahora lo convierte en el entrenador que es”.     

Su único título como director técnico de las ‘Águilas’

El domingo 26 de mayo de 2013, Herrera logró su primer título como entrenador de las Águilas del América. En la cancha los jugadores igualaron la serie con un gol del arquero Moisés Muñoz, en los minutos de adición, y en la banca el ‘Piojo’ dio un show de gestos, gritos y expresiones pocos vistos en el fútbol.

Ese  día el América venció en la tanda de penales 4-2 al Cruz Azul y Herrera conseguía, luego de 11 años,  su primer campeonato. En el siguiente torneo volvió a disputar la final, pero no tuvo la misma suerte. Primero como interino y luego como entrenador titular

El 18 de octubre de 2013, el ‘Piojo’ fue nombrado técnico ‘interino’ de la selección mexicana que estuvo a punto de quedarse fuera del Mundial de Brasil 2014. Con el tiempo en contra -pues debía enfrentar dos partidos de repesca ante Nueva Zelanda-, Herrera decidió convocar la base del equipo del América.  

La labor sicológica, técnica y futbolística del rubio entrenador dio resultados y luego de ganar los dos encuentros logró el pasaporte para Brasil. Semanas después, la Federación Mexicana de Fútbol ratificó a Herrera como seleccionador del ‘Tri’.

En familia es llamado ‘San Miguel’

“Él sabe cómo manejar a la gente, tiene un don. Desde que nació tiene un ángel increíble. Mis hijas le dicen ‘San Miguel’, entonces ahorita, como dicen ellas, no va solo  con el equipo, le acompaña Dios, las 11 mil vírgenes, los 12 apóstoles y toda la Corte Celestial”, manifestó a la prensa muy emocionada la madre del ‘Piojo’. Fuera del fútbol es hogareño. Está casado con Claudia Álvarez, con quien tiene dos hijas: Tamara, de 21 años, y Mishelle, de 17. Es amante al teatro y el cine.