Su mirada está siempre  fija. Parece como si estuviese ingresando a un ring de boxeo para demoler a un adversario tan sólo con mostrarle su faz. Mauricio Arteaga, quien con un tiempo de  1:21:56  bajó la marca “A” para clasificarse a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (1:22:30), el pasado 1 de abril, en el Campeonato Nacional de 20 km Marcha de Oregón, EE.UU.

Realiza su entrenamiento con una concentración imperturbable . “Se lo desconoce cuando entrena, su personalidad varía tremendamente”, dice Franklin Ramón, psicólogo de la Federación Deportiva del Azuay, mientras observa el entrenamiento del andarín  en la pista  Atlética Jefferson Pérez, ubicada en Miraflores,  al norte de Cuenca.

Mauricio arribó al país el pasado 8 de abril desde territorio norteamericano, desocupó las maletas, conversó con sus familiares e inmediatamente fue a descansar porque a día seguido tenía una jornada ardua de trabajo desde las 07:00, bajo la mirada de su instructora, Miriam Ramón.  Así ha continuado los últimos días: entrenando.

Su jornada comienza a las 07:30 de la mañana, como todos los días.   Son  las 10:00 y su rostro luce sudoroso, pero refleja mucha energía, como si no sintiera cansancio.  “¿Como están los tiempos?”, pregunta, segundos después de haber frenado la marcha. “Bien están”, responde  Miriam, quien además es la  primera vicepresidenta de FDA.

Mientras el deportista  estira los músculos para evitar contracturas y lesiones, su instructora anota, en una hoja que se encuentra sobre un tablero, las marcas. Asimismo,  detalla el trabajo del siguiente día que será en el sector de los Tres Puentes, al sur de Cuenca.

El  lunes (16 de abril) Mauricio viajó  a San Diego para ser parte de un campamento deportivo al que también lo acompañó Enrique Peña, ex entrenador de Jefferson Pérez.

El trabajo termina. Luego de aquello Mauricio luce más tranquilo. El rostro de luchador desaparece y su mirada humilde regresa.  Cuenta que siempre que realiza las prácticas, en cualquier lugar al que fuere, mantiene la misma disciplina y concentración.

“Creo que la manera en la que tomes las rutinas de trabajo varía de acuerdo con tu personalidad. A mí siempre me gusta dejar todo tipo de pensamientos de lado y enfocarme en lo que estoy haciendo.

Por eso me dicen que soy raro cuando entreno”, expresa entre risas, mientras se junta con Paola Marín, monitora que colabora con Miriam Ramón.

“Recién me saludó ahorita y eso que estoy aquí desde hace una hora”, comenta la muchacha, en referencia a lo distraído que es Mauricio frente a  todo lo que se suscita en el  exterior de la pista.

El atleta camina  nuevamente hasta donde se encuentra su estratega, para conversar sobre aspectos relacionados con el  trabajo de ésta como dirigente deportiva. “¿Y cómo va todo (la vicepresidencia de FDA)?”, pregunta el deportista. “Ahí hay que darle con ganas”, contesta la entrenadora, mientras  inclina el cuello hacia el hombro derecho.

El próximo reto que tendrá que superar el marchista,  en su previa de Londres 2012, será la Copa Mundo de marcha a desarrollarse en Saransk, Rusia, el 12 y 13 de mayo. “Ahora estamos esperando que nos den la visa para Rusia y hacer un gran trabajo previo a los JJ.OO.”, dice con optimismo el azuayo.

Cuando dan  las 11:00  observa el reloj y se retira, según dice, hacia el sur de la ciudad, donde lo espera un amigo con quien comparte experiencias relacionadas a la vida y al deporte: Jefferson Pérez.  El tiempo y Londres serán los testigos de los resultados del entrenamiento concentrado y acucioso.