Sorprendido por el recibimiento que tuvo cuando arribó a Guayaquil y de la “calidad humana” que ha encontrado en el plantel de Emelec, el volante uruguayo Brian Lugo espera poder demostrar su potencial este domingo con los “eléctricos”, en el Clásico del Astillero; un partido del que ha escuchado es uno de los más “bravos” e “importantes” del país.

Por tratarse de su primera experiencia en un equipo  fuera de Uruguay, su estreno lo espera con muchas ansias. Para él sería “espectacular”   estrenarse en el choque entre los ídolos guayaquileños.    
“He escuchado que el Clásico es lo mejor del año acá y si me toca jugar voy sin nervios, con ganas de ganarlo como sea”, manifestó Lugo, de 20 años.

Y es justamente a esta edad  que el  volante millonario manifiesta que se le presentó la oportunidad de su vida, puesto que llegó a un “club grande” que ya tiene asegurada la final del Campeonato Nacional, tras terminar como líder  en la primera etapa. 

“Es la primera vez que salgo de Uruguay y estoy contento de venir a un  cuadro con gran historia como es Emelec; me sorprendió la cantidad de gente que me recibió  cuando llegué al aeropuerto; la prensa estuvo siempre pendiente y después en el estadio (Capwell), cuando fuimos a ver el partido (ante el Manta), la hinchada empujaba millón, también  las personas que me han visto en la calle se han portado excelente”.

Sus inicios se remontan  a cuando tenía  13 años; en aquel tiempo se inscribió en las inferiores del Nacional de su país. Con ese equipo obtuvo dos campeonatos en el 2008 y 2009 en el Torneo Punta Cup (Copa juvenil de fútbol Sub 18, que se realiza  cada año en Punta del Este).

En este torneo fue descubierto por el técnico Juan Ramón Carrasco,  quien al siguiente año lo hizo debutar en primera categoría en el River Plate uruguayo.

“Soy muy joven y venir a Ecuador a un club que jugará Copa Sudamericana y Libertadores es una oportunidad muy buena para mí y no pienso desaprovecharla”.

Sobre el elenco “azul” manifestó que conocía que “siempre apunta a ser campeón” y espera obtener su primer título internacional.

“Soy rápido, técnicamente bueno y sobre todo con ansias de triunfar. Con  José María jugué todo el año pasado, él  es fuerte y con mucha experiencia; no se me hará difícil jugar de enganche”, manifestó.

Sobre el funcionamiento del equipo en estas dos últimas fechas (ante el Manta y El Nacional) opinó escuetamente que lo ha “visto bien”.   “El compañerismo es bueno aquí, de verdad este plantel es espectacular, las ganas que le meten, son fuertes, potentes”, agregó el jugador que no ha jugado ningún tipo de clásico.

De Carrasco, a quien ya le conoce su estilo de juego, dijo que le gusta trabajar mucho y se toma su tiempo  para conseguir lo que desea”.

Desde su llegada a Guayaquil, confesó que se ha privado de comer mariscos y alimentos “pesados” porque teme a enfermarse.

Impone respeto. Sus 13 años en el fútbol europeo y su conocida barrida a David Beckham, que al final terminó en una lesión de dos meses para el inglés, hacen que Aldo Duscher no sea tomado como un jugador más en la práctica de Barcelona.

En un centro al área, Duscher solo grita con voz grave “yoooo” y de inmediato se lanza hacia el balón y lo despeja con un cabezazo. No se deja anticipar, se muestra rápido e impulsivo al momento de defender su arco. Afirma que siempre ha sido un jugador temperamental, algo que lo ha ayudado a destacar en su carrera, que arrancó en 1995, cuando debutó en la primera de Newell’s Old Boys de su natal Argentina. 

“Llegué a Newell’s a los 15 años (1994). Una vez fue el equipo a jugar un partido amistoso con el club de mi pueblo (Belgrano de Esquel) y luego de eso me contrataron. No tuve mucho tiempo en la primera de Newell’s y me fui a Europa... luego de 13 años ahora en Barcelona”, lanza Duscher, quien prefiere guardarse el significado de los múltiples tatuajes en sus brazos. “No, esos son personales”, dice entre risas el mediocentro.

Duscher, quien apunta a debutar el domingo (16:00) en el Clásico del Astillero, cuenta que los cambios de estilo de vida no le afectan mucho, a pesar de haberse radicado solo en Europa desde los 19 años.  

“Fue un cambio importante. De una ciudad pequeña (su natal Esquel, Argentina) a una ciudad grande (Lisboa, Portugal), entonces me tuve que acoplar a nuevas costumbres, a vivir sin la familia. Son cosas que uno debe de sacrificar por el fútbol. Ahora, en cambio, no me pesó regresar a Sudamérica. Lo que me gusta de acá es que se vive el fútbol con más pasión”, expresa.    

Uno de los cambios más notorios que ha sentido Duscher es el estado de los campos de juego. “Me costó un poco los primeros días de entrenamientos (se unió al “Ídolo” el pasado 28 de julio), las canchas acá son más secas, por ahí se demora más el balón. Allá (en Europa) riegan las canchas antes de los partidos... pero son cosas superficiales, el fútbol es igual en todos lados”.  

Antes de hablar de los clásicos de los que ha sido partícipe, Duscher hace hincapié, de manera jocosa, en que espera debutar el domingo. “Yo quiero jugar, si no me aburro en el hotel. Pero claro, el entrenador (Luis Zubeldía) es quien decide”.

Luego de este comentario, el ex Espanyol de Barcelona (club con el que jugó su último partido oficial, en febrero) se refiere a los clásicos que ha jugado. “Han sido varios clásicos, todos muy lindos. Están el Sevilla vs. Betis, Deportivo La Coruña ante el Celta de Vigo, el Newell’s contra Rosario Central y el Sporting con el Benfica. Me falta hacer un gol en uno de estos partidos, algo que espero cambiar ante Emelec, claro, si tengo la chance de jugar”.

Por el momento, Duscher se acopla a sus compañeros, a la espera de que el “Pincipito” lo haga debutar en Barcelona... “ojalá sea en el Clásico”, dice el mediocentro de 32 años.