Los Ángeles Lakers siguen con su particular lavado de cara desde el fichaje del técnico Mike D’Antoni y dominaron por completo a losHouston Rockets (119-108) gracias a las sobresalientes actuaciones de Kobe Bryant y Dwight Howard en una noche histórica para Pau Gasol, que alcanzó los 15.000 puntos en la NBA.

Bryant registró su decimoctavo triple-doble de su carrera con 22 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, mientras que Howard, con 28 tantos y 13 rebotes, confirmó que cada día se acerca más a un estado de forma óptimo. Por parte de los Rocketsdestacaron Chandler Parsons con 24 tantos y James Harden con 20 puntosy 7 asistencias.

Además, Gasol alcanzó la cifra de 15.000 puntos en la NBA con un tiro de cinco metros mediado el tercer cuarto. Es el décimo jugador no nacido en Estados Unidos que lo consigue, tras Hakeem Olajuwon, Dominique Wilkins, Patrick Ewing, Dirk Nowitzki, Tim Duncan, Rolando Blackman, Steve Nash, Kiki Vandeweghe y Detlef Schrempf.

El español también es el décimo séptimo jugador de la NBA con al menos 15.000 puntos, 7.000 rebotes, 2.000 asistencias y 1.000 tapones. El duelo enfrentaba a Bryant y Harden, los dos máximos artilleros de la liga, y al equipo más joven de la NBA (Houston) contra el cuarto más veterano.

El huracán ofensivo de ambos equipos comenzó a cimentarse sobre un clinic de Howard en la zona (6/6 en tiros) y un festival de triples obra de Parsons y Harden, antes de que Bryant asumiera la responsabilidad en ataque y Lin los galones en la distribución del juego de los tejanos.

Los angelinos, muy entonados en ataque, se fueron con ventaja al término del primer cuarto (40-29, anotando el 75 por ciento de los tiros) gracias a un pase desde la línea de fondo de  orld Peace -digno de un quarter back- culminado por Gasol y a la espectacular actuación de su líder, que firmaba por entonces 11 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias.

Houston tiró de fondo de armario y se aferró al encuentro mediante la aportación de Patrick Patterson y el novato Terrence Jones, que puso al Staples en pie con un tremendo remate sobre Jodie Meeks, provocando el delirio en las gradas.